¿Qué es más fácil en Aragón, morir de frío o de calor?

Según un estudio del Instituto Carlos III, el frío y el calor extremos mataron entre los años 2000 y 2009 a cerca de 800 personas en Aragón.

Zaragoza es la capital aragonesa más calurosa: su récord de temperatura está en 44,5 grados y se alcanzó en 2015.
Zaragoza es la capital aragonesa más calurosa: su récord de temperatura está en 44,5 grados y se alcanzó en 2015.
Heraldo

Este jueves, 1 de junio, el verano se siente más cerca que nunca. Con la llegada del estío a la vuelta de la esquina, las manidas campañas de consejos para combatir las altas temperaturas no tardarán en llegar a televisiones, radios y medios de prensa escrita. Serán las mismas advertencias de todos los años (hidratarse abundantemente, comer mucha fruta, evitar las horas centrales del día...), pero no hay que menospreciarlas ni tampoco obviarlas. Porque aunque parezca que no, el calor puede desencadenar consecuencias fatales para algunas personas: los días más calurosos se pueden sufrir desde trastornos fisiológicos a daños orgánicos e incluso, en los casos más graves, puede ser causa de fallecimiento.

Las temperaturas extremas, tanto altas como bajas, provocan cada año miles de muertos en nuestro país. Hay estudios que así lo corroboran y que avisan de que en el futuro, con el aumento progresivo de la temperatura terrestre que se registra cada año desde hace décadas debido al cambio climático, es muy probable que estos problemas vayan a más.

Algunos de los estudios más completos sobre este asunto los han publicado investigadores de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III. Uno de sus últimos trabajos analiza la mortalidad que se registró en ciudades de más de 10.000 habitantes en el periodo 2000-2009 debido a las diferentes olas de calor y de frío que asolaron nuestro país en esos años. Este trabajo, del que incluso se hizo eco la revista 'Environment International', zanja que durante los años de análisis se produjeron 13.000 muertes relacionadas con olas de calor y cerca de 8.400 relacionadas con las olas de frío. Algunas de ellas se registraron en Aragón.

De acuerdo con este estudio liderado por el investigador Julio Díaz, en la Comunidad durante los años de estudio murieron 782 personas como consecuencia de las olas de frío y calor. Las altas temperaturas provocaron casi la totalidad de los fallecidos, en concreto 690, que se produjeron sobre todo en Zaragoza (533 fallecidos) y eso que es la ciudad de Huesca la que más días de ola de calor sufrió en la década de referencia: 187 jornadas de altas temperaturas por las 168 registradas en Zaragoza.

Esta investigación no censa ninguna muerte por frío o calor en Teruel, que sin embargo suele soportar las temperaturas más bajas de cuantas se registran en las capitales aragonesas. Entre 2000 y 2009, la capital bajoaragonesa tuvo 71 días de olas de frío, mientras que tan solo sufrió 36 de olas de calor.

En lo que se refiere a las olas de frío en el periodo 2000-2009, no han resultado tan mortíferas en Aragón como las de calor, de hecho el estudio del Instituto Carlos III les atribuye una mortalidad siete veces menor: en la Comunidad 92 personas fallecieron por causas vinculadas a las bajas temperaturas.

Teruel, mínimas de récord mientras Zaragoza 'arde'

De acuerdo con el servicio estadístico de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), la temperatura más baja registrada en Teruel, el 26 de diciembre de 2001, fue de 19 grados negativos, mientras que los termómetros de la capital bajoaragonesa han llegado a marcar como máximo 40,2 grados, una temperatura que se registró el 10 de agosto de 2012.

La temperatura más alta registrada en Zaragoza se alcanzó hace menos de dos años, el 7 de julio de 2015, cuando los mercurios llegaron a marcar 44,5 grados. La mínima récord de la capital se alcanzó el ya muy lejano 5 de febrero de 1963, jornada en la que se registraron 11,3 grados negativos, de acuerdo con la Aemet.

A nivel nacional, el estudio del Instituto de Salud Carlos III concluía que las olas de frío son más mortíferas que las de calor. Porque aunque las altas temperaturas se cobraron más vidas que las bajas, lo cierto es que en nuestro país las olas de calor son más comunes y ocupan más jornadas. En este sentido, en el periodo de referencia del estudio se registraron 4.373 días con olas de calor en el conjunto de las capitales de provincia españolas mientras que fueron 3.006 los días de olas de frío. "Estos resultados indican que cada día con ola de frío la mortalidad media aumenta en 3,5 personas, mientras que cuando hay ola de calor en cualquier capital de España el incremento de la mortalidad en esa provincia es, en media, de 3,0 personas", valoraban los investigadores. Esta circunstancia también se repitió en la Comunidad aragonesa, que sufrió más del doble de días de calor asfixiante (391) que de frío polar (176).

Previsiones que empeoran el escenario

La situación puede empeorar aún más en los próximos años. Un equipo científico de la Universidad San Jorge de Zaragoza publicó el año pasado una investigación que determinó que, para el periodo de 2014 a 2021, el 0,4% de los fallecimientos registrados en Zaragoza estarán atribuidos al calor. "Se espera que este impacto se incremente a partir de las décadas 2040 y 2050 y hasta finales del siglo XXI, debido a un mayor aumento de las temperaturas previsto, lo que hace pensar que el problema será aún mayor", alertaba Esther Roldán, geógrafa y autora principal del trabajo.



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