En la dieta de los colores "se come de todo" y de manera "sana y equilibrada"

La nutricionista Montse Folc explica en qué consiste esta dieta, que pretende "hacer disfrutar de la comida sin pasar hambre".

La fruta y las verduras, los cereales y la pasta son algunos de los alimentos más ricos en fibra.
Dieta rica en frutas y verduras.

La dieta de los colores pretende hacer disfrutar de la comida sin sufrir hambre, esto es posible gracias a que no se trata de eliminar alimentos sino de adaptarnos a una alimentación "sana y equilibrada" que ayuda a modificar el metabolismo sin apenas esfuerzo, según explica la doctora del Centro Médico Teknon de Barcelona, la nutricionista Montse Folch.

"Se trata de hacer fácil una dieta en la que se come de todo, es una dieta equilibrada, es saludables y en la que forman parte todos los alimentos de la dieta mediterránea", señala la experta en nutrición y dietética y autora de 'La dieta de los colores' (Grijalbo).

Inicialmente es muy fácil ya que todo el mundo desayuna, come y cena y esta dieta no te impide cambiar esa rutina. El menú se divide en cuatro colores principales (rojo, verde, amarillo y marrón) relacionados con grupos de alimentos básicos que se pueden encontrar en cualquier nevera; además, hay un color extra que es el azul para identificar los líquidos y los condimentos.

El objetivo de la dieta es una apuesta firme por una forma de alimentarse saludable y equilibrada, más allá de la pérdida de peso. Se trata de aprende a comer de forma consciente, equilibrada y, en consecuencia, eliminar el sobrepeso y recuperar el peso ideal.

En comparación con otras dietas, añade, "la ventaja de la dieta de los colores es que puede hacerla el tiempo que quieras porque comes de todo, no hay ningún alimento que esté prohibido o desaconsejado", además, añade, "esta dieta te quita la sensación de tener restricciones".

En qué consiste la dieta de los colores

Al hablar de colores se podría pensar que hablamos del color de cada alimento y la ingesta del mismo según el color, no es así. Folch clasifica los alimentos en rojo para las proteínas vegetales y animales; el verde para los vegetales-, el amarillo para el azúcar y los hidratos de carbono y el marrón para las grasas.

"He intentado que el color recuerde un poco al alimento, es ordinativo. El rojo son las proteínas porque se puede asociar más a la proteína por excelencia que es la carne roja; el verde son los vegetales; el amarillo se puede asociar más a la azúcar, a la pasta o al arroz; y, por último, el marrón quizá más a la grasa como son los frutos secos, el aceite, etc", explica al tiempo que reconoce que "hay alimentos que no tiene nada que ver como lo huevos que se encuentran en el rojo porque son proteínas".

Una vez tenido en cuenta que "solo es cuestión de distribuir todos los alimentos en cinco colores", hay que recordar una pequeña regla nemotécnica que será diferente si se es hombre o mujer, aunque la autora recuerda que la dieta de los colores se puede diseñar a las medida de las necesidades de cada organismo.

"Esta dieta está recomendada para cualquier persona, lo único que hay que tener en cuenta es la situación específica de cada uno", no obstante recuerda que "siempre hay que adaptar la dieta a los condicionantes: si eres hombres o mujeres, ejercicio físico, el tema hormonal, metabolismo, posible patologías, etc", advierte.

Así, las mujeres seguirán la pauta 3+3+3, es decir tres alimentos del grupo rojo, tres del amarillo y tres del marrón, mientras que los los hombres la de 4+4+4, lo mismo que las mujer pero añadiendo una ración más. El grupo verde es de consumo libre en cantidades y raciones para ambos sexos.

Por ejemplo, en el grupo rojo se puede encontrar garbanzos, conejo, lentejas, merluza, ternera, cerdo, pavo, pollo y el yogur desnatado; en el amarillo se puede encontrar el arroz, la pasta, las judías verdes, higos, mango, patata, pera, piña, zanahoria, etc; en el marrón se encuentra el aceite de oliva crudo, las aceitunas, el aguacate, las almendras o las nueces; en el grupo verde se puede comer espinacas, lechuga, pepino, champiñones, brécol, o espárragos; mientras en el azul se encuentra el café y el te descafeinado, así como especies como el tomillo, la pimienta o el perejil.

En cuanto a las cantidades, el libro especifica lo que se considera una ración adaptadas a hombres y mujeres, y cuando la ración es en crudo o el producto está elaborado.

Un libro didáctico

Este libro, más allá de la dieta y cómo puede ayudarte a mejorar el metabolismo, pretende hacer entender al lector como la ingesta abusiva de ciertos alimentos o, por el contrario, la falta nutricional de algunos productos indispensables en una dieta saludable puede afectar la salud.

Por ejemplo, mucha gente desconocerá que alimentos como los cereales integrales, las legumbres, las verduras o la fruta (grupo amarillo y verde) estimulan la degradación del tejido adiposo (grasa) y ayudan a que no se forme tanta cantidad de este tejido; o que el excesos de grasas, incluso cuando hablamos de grasas buenas como la de las nueces, cuando se consumen de una manera elevada son malas para el organismo.

Además la autora hace un repaso por los básicos de la alimentación: vitaminas, colesterol, calcio, hierro o el potasio, son algunos de los nutrientes que explica de manera sencilla, recordando su función, dónde encontrarlos y las recomendaciones de consumo diarias.

Otro de los capítulos que nos pueden ayudar a seguir una dieta, sobre todo cuando la intención es quitarse algún kilo de más, es el capítulo de la doctora decida al control del apetito. Ahí descubres siete trampas habituales en las que todo el mundo cae y que no son la mejor manera de solucionar ese 'gusanillo del hambre' que entra a deshoras, al tiempo que ayuda a dar los trucos que sí pueden ayudar a distraer e incluso acabar (durante un largo rato) el hambre.

Además, de una manera didáctica explica las causas más comunes de retener líquidos, cómo y por qué engordamos, la estructura corporal y cómo esta afecta a nuestra dieta (e incluso personalidad).

El resto del libro ayuda a entender mejor la dieta de los colores, su rutina y los efectos que al ponerla en práctica se pueden obtener. Así, para que sea más fácil de empezar, da un menú de siete días que pueda ayudar a comenzar una rutina, e incluso ayuda a elegir si acudimos a comer a un restaurante.

"En el libro he intentado que la dieta sea fácil, que sea resumida para facilitarlo al máximo número de persona que la va a hacer", y luego dar información que sea útil para el lector y le pueda ayudar a adelgazar más.

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