"Hay muchos mundos a los que la sociedad tiene que atender, y desde luego este no es el más amable"

La Fundación Rey Ardid celebra su 25 aniversario bajo el lema 'Entre personas' con un documental realizado por el cineasta aragonés Javier Macipe, director del corto 'Os meninos do rio'.

Un momento de la grabación del documental 'Entre personas', realizado por Javier Macipe con motivo del 25 aniversario de la Fundación Rey Ardid.
Un momento de la grabación del documental 'Entre personas', realizado por Javier Macipe con motivo del 25 aniversario de la Fundación Rey Ardid.

La Fundación Rey Ardid, que celebró recientemente su 25 aniversario, continúa trabajando de la mano de la cultura, a través del Espacio Visiones, para vencer los 'estigmas' que rodean al mundo de la enfermedad mental. Su último trabajo en esta línea ha sido la difusión de un documental, realizado por el director aragonés Javier Macipe, autor del corto 'Os meninos do Rio', en el que el cineasta le "imprime una especial sensibilidad" a la labor que desde el año 92 realizan en esta Fundación aragonesa.

Pregunta: ¿Qué vinculo mantienen con el cineasta aragonés Javier Macipe?

Respuesta (Amador Sánchez Bea): Conocimos a Javier a través del documental. Nosotros nos planteamos hacer un trabajo sobre el 25 aniversario de la Fundación que girara alrededor de nuestro lema para este año, que es ‘Entre personas’. Desde el principio pensamos en que lo realizara alguien que pudiera imprimirle una especial sensibilidad al tema, aunque no lo conocíamos directamente. Vimos que podía ser una posibilidad contar con él porque era joven, y desde siempre nos gusta estar de parte de la gente que se está buscando un poco el camino en este mundo, antes de encargarle esta labor a gente ya consagrada. Desde el principio hubo muy buena predisposición por su parte y desde luego la labor que se realiza en estos trabajos es muy importante para nosotros porque nos permite vernos desde otras posiciones y nos hacen reafirmar un poco nuestros valores.

- El pasado lunes se proyectó en el Espacio Visiones de la Fundación el corto 'Os meninos do Rio'. ¿Existe algún punto en común entre esta obra y la labor que realiza la Fundación?

- Hay un aspecto social común y es que nosotros, de una forma u otra, sea con personas mayores o con demencias, con personas con enfermedad mental o con jóvenes en riesgo de exclusión, trabajamos esos miedos que enfrentan las personas en su día a día, las alegrías que puedan tener o las ilusiones que se puedan crear. Todo está relacionado y el corto 'Os meninos do rio' recogen muy bien estos sentimientos a través de la historia del protagonista.

- ¿Cómo definiría la labor que se brinda a estas personas en el Espacio Visiones?

- El Espacio Visiones es un sitio yo creo que especial; un lugar novedoso, diferente y que sería referente en cuanto a la rehabilitación a través del arte de enfermos mentales que más o menos están estables sanitariamente. Tiene un largo recorrido, en el sentido de que el arte, casi desde que se empezó la Fundación, ha estado presente en este espacio de creatividad -más que de manualidades- para favorecer la interacción de todas estas personas con artistas consagrados, como Sergio Abraín. Este año, con el 25 aniversario, hemos hecho la cuarta edición de 'Visiones sin límite' en el Pablo Gargallo. Lo que intentamos, aparte de que ellos avancen en su enfermedad, desarrollen su autoestima y se encuentren mejor, es sensibilizar a la población, que haya gente que lo vea y sepa que las diferentes exposiciones, obras de teatro, etc. están hechas por personas con enfermedad mental. Es un espacio muy especial y una forma muy amable incluso de enseñar. La gente que nos conoce por el Espacio Visiones sabe que es un lugar muy bonito y que hay mucha interacción en él con la cultura.

- El cine y la gran pantalla cumplen un papel importante a la hora sensibilizar a la población y romper estereotipos. ¿Cree que debería hablarse más de las enfermedades mentales? ¿Cuál debería ser el tono o el tratamiento?

- Debería hablarse más y debería hablarse siempre, no solo cuando ocurren cosas malas. En principio, es un tema que se debería tratar con dignidad y en un aspecto positivo. Hay un tema alrededor del arte que es la relación que puedan tener ciertas personas con enfermedad mental a la hora de enfrentarse a un papel en blanco. Por lo general, estas personas tienen muchos menos prejuicios y hay una gran cantidad de artistas que tienen el trastorno bipolar o similares, y que son más creativos. Normalmente, si les das esas herramientas de expresión (ya sea a través de la pintura, el teatro o la escritura), son personas muy espontáneas. A todo el mundo que estamos a su alrededor, nos enriquecen un montón, aparte de que al contrario de lo que se pueda creer son muy cariñosos, muy agradecidos. Es muy enriquecedor.

- ¿Qué tabús deben vencerse para sensibilizar a la población?

- En primer lugar, el de la violencia. Resaltar algunas veces en sucesos que la persona es enfermo mental (en la primera línea o en el titular) hace que eso sea la principal causa del delito que ha cometido, y está comprobado que la violencia o peligrosidad de los enfermos mentales es incluso inferior a la media. Normalmente, las personas con enfermedad mental tienden más a castigarse a ellos mismos que a los demás.

Además de todo esto, la estigmatización de decir “es un loco o es un enfermo mental”. Aprovechando con el 25 aniversario, hemos hecho otra campaña de sensibilización con Sergio Muro en la que el objeto es un embudo, que siempre se ha utilizado como emblema de señalizar que el que lo llevaba era el ‘loco’, y lo señalizaba. A través de las redes sociales nos hemos puesto todos ese embudo, porque todos tenemos nuestras locuras, y hemos hecho también alguna 'perfomance' en la plaza de San Felipe para concienciar y que la gente nos enviara sus fotos poniéndoselo. Hay que dejar claro sobre todo que estas personas no son diferentes, y si lo son, en realidad todo el mundo lo somos, con sus cosas positivas también.

- ¿Hace falta más implicación por parte de la sociedad?

- La verdad es que la sociedad es más sensible a otros temas que puedan ser más amables: a los problemas de pobreza infantil, del Tercer Mundo… a todas esas cosas son más sensibles, pero hay muchos mundos a los que la sociedad tiene que atender y desde luego este no es el más amable. Por eso, está bien hacer cosas diferentes que les den visibilidad. En los talleres, por ejemplo, te puedes encontrar a una persona que se pega un día o dos en el sitio hasta que se atreve a coger un pincel y, de pronto, los ves que se empiezan a pintar y a sentirse contentos. Normalmente, estas actividades les aumentan la autoestima, se ven capaces de hacer algo, se valoran más; y si todo eso al final se traduce en algo que la gente valora, todo eso se multiplica porque les ayuda a abrirse más a la sociedad, a sentirse valorados e importantes.

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