10 cosas que seguro haces mal cuando te duchas

Hay hábitos durante el baño que pueden ser perjudiciales para la salud. Descubre qué no hay que hacer durante las duchas.

La ducha es un foco de gérmenes e infecciones.
Hay hábitos en la ducha que son perjudiciales para la salud
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Durante la ducha, se realizan unos actos rutinarios y habituales a los que no se les presta atención porque se han adquirido desde pequeños. Sin embargo, hay algunas acciones que conviene evitar para no perjudicar a la salud. Seguro que haces estas 10 cosas mal cuando te duchas:

 

Echar el acondicionador por todo el cabello: es un error bastante conocido, pero todavía continua siendo frecuente. El acondicionador debe echarse solo por las puntas y no por el resto del cabello, ya que podría ayudar al exceso de grasa. Ducharse durante mucho rato: hay a quienes les gusta la sensación de tener los dedos arrugados, pero lo recomendable es darse una ducha de uno 5 o 10 minutos. Cuanto más larga, la piel acaba deshidratándose. Usar siempre el mismo desodorante: igual que ocurre con los medicamentos, las bacterias que causan el mal olor pueden acostumbrarse a los componentes de cierta marca. Por ello, es recomendable variar cada 6 meses. No aprovechar la ducha para que la ropa se planche: seguro que la mayoría de personas lo desconocen. Durante la ducha, se crean unas condiciones adecuadas con las que la ropa se plancha sola. Solo hay que colgarla adecuadamente en una percha fuera de la ducha y ¡adiós arrugas! No hidratarse la piel al terminar: es un error no hidratarse la piel nada más terminar de ducharse. La crema actúa mejor sobre una piel mojada. Así, al salir de la ducha es recomendable secar la piel con suaves toquecitos. Enroscarse el pelo en la toalla: también es una práctica muy extendida pero nada saludable para el pelo. Enroscar el pelo en la toalla causa estrés y dolor al pelo. Lo más recomendable es escurrir el exceso de agua y no frotarlo para que no sufra enredos. Secarse con demasiada fuerza: al secar la piel friccionando con fuerza, las más delicadas se irritan y se pueden agrietar. También pueden agrietarse al secarse al aire libre. Lo mejor es usar una toalla mullida y secar suavemente. Dejar la esponja en la ducha: si la esponja se deja en la ducha cuenta con el ambiente propicio para la acumulación de bacterias, ya que en los huecos se quedan las pieles muertas que, junto a la humedad, son un gran caldo de cultivo. Hay que aclara la esponja, escurrirla y secarla al sol o depositarla en un lugar seco, alejado de la ducha. No terminar la ducha con agua fría: sumergirse debajo de la ducha 30 segundos antes de salir de ella ayuda a reducir el estrés, las grasas y refuerza el sistema inmunológico. Es un trance duro en invierno, pero tu cuerpo lo agradecerá. Usar demasiado jabón: contra todo lo que pueda parecer, usar demasiado jabón no es bueno para el cuerpo. Lo más recomendable sería limpiar el cuerpo con agua y emplear jabón para las zonas de mayor sudoración. 

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