¿La alimentación puede prevenir el cáncer?

El doctor Fernando Fombellida, especialista en Estomatología, responde a esta pregunta y da algunas claves para prevenir el cáncer con una dieta sana.

Comer frutos secos es un hábito saludable que debería ser incluido en las dietas.
Comer frutos secos es un hábito saludable que debería ser incluido en las dietas.

A día de hoy se puede afirmar sin riesgo a equivocarnos que "la dieta juega un papel importante tanto en el desarrollo, como en la prevención del cáncer". Así lo indica el doctor Fernando Fombellida, autor del libro ''Cocina para vivir: cómo cocinar para prevenir el cáncer'.


A juicio de este especialista en Estomotalogía, "practicando una dieta adecuada, no estamos exentos de padecer un cáncer, pero sí reducimos el riesgo de desarrollarlo". En este sentido, cabe recordar que la prevención afecta más a unos tumores que a otros, siendo los más beneficiados los tumores del área digestiva, como el de boca, esófago, estómago, colon y recto, si bien diferentes estudios subrayan también los beneficios de una dieta equilibrada para prevenir otros tumores como el de mama, pulmón, vejiga, próstata y endometrio.


Alimentos que pueden prevenir el cáncer

Aunque no existen productos "milagrosos" en sí mismos para evitar el desarrollo de un tumor, este especialista define cuáles son los fundamentos de una nutrición preventiva conta el cáncer apoyándose en una serie de alimentos: aquellos que contienen abundantes fitoquímicos, vitaminas, minerales, oligoelementos y fibra dietética y que además, presentan una baja carga glucémica y su aporte calórico es leve o moderado. "Los alimentos que cumplen estas características provienen mayoritariamente del mundo vegetal. Entre ellos -detalla- se encuentran las verduras y las hortalizas, las frutas, los brotes, las hierbas aromáticas (romero, salvia, perejil, apio, cilantro, laurel…), las setas, las legumbres, las algas, los cereales integrales, las semillas (chía, linaza, cáñamo, sésamo…), especias como el curry, la cúrcuma, la pimienta negra, la cayena…, los frutos secos, los alimentos que contienen probióticos (miso, salsa de soja fermentada, el tempeh, verduras fermentadas como el chucrut, o los yogures enriquecidos con probióticos), sin olvidarnos de las infusiones, sobre todo del té verde con jengibre, ni tampoco del aceite de oliva virgen extra". 


Sin ir más lejos, un estudio reciente del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) relacionaba una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva con un menor riesgo de desarrollar cáncer de mama, mientras que estudios previos hablaban del efecto positivo de este alimento típico de la dieta mediterránea a la hora de ralentizar la progresión de ciertos tumores


En el extremo contrario, se sitúan las dietas con alto contenido en proteínas y grasas de origen animal, las dietas hipercalóricas y las dietas ricas en alimentos con alta carga glucémica, que a juicio del doctor Fernando Fombellida, pueden favorecer el desarrollo del cáncer. "Este tipo de dietas -advierte este especialista- favorecen la secreción de ciertas hormonas que, a su vez, pueden estimular el crecimiento de los tumores hormonodependientes, aquellos que necesitan del estímulo de estas hormonas para crecer y desarrollarse".


Alimentos cuyo consumo conviene evitar para prevenir el cáncer

Los 'peores' alimentos que podemos consumir en este sentido son los alimentos procesados industrialmente, es decir, alimentos que no existen en la naturaleza, que los fabrica la industria alimentaria y que son ricos en diversos tipos de grasa, azúcares y sal. "Hoy en día, el 61% de las calorías que consumen los españoles provienen de este tipo de alimentos, entre los que se encuentran todo tipo de embutidos, los cereales para el desayuno, muchos productos lácteos, margarinas, bollería y repostería industrial, helados, aceites refinados, pizzas, bebidas azucaradas, todo tipo de alimentos con azúcares añadidos y las chucherías que tanto gustan a los niños". Tampoco nos podemos olvidar del alcohol y de la sal, pues según subraya este especialista, el consumo de estas bebidas "incrementa el riesgo de desarrollar cáncer de boca, faringe, laringe, esófago, hígado, páncreas, colon y recto (en los hombres) y mama". En lo que respecta a la sal, asegura que no existe una dosis mínima de seguridad en relación con el cáncer, e insiste en que la evidencia a este respecto es que "el consumo excesivo de sal puede incrementar el riesgo de padecer cáncer de estómago".


Por otra parte, Fombellida avisa de que hay alimentos que contienen sustancias que, en el laboratorio y a dosis altas, han demostrado tener propiedades procancerígenas. Por ejemplo, los nitratos, nitritos y nitrosamidas, que están presentes en las carnes procesadas, pero también en las hortalizas; las dioxinas, presentes en los alimentos de origen animal como la leche, el pescado y los huevos; y los pesticidas que se emplean en la agricultura convencional. "Es muy difícil evitar ingerir todo este tipo de sustancias en nuestra dieta habitual. De hecho, las incorporamos en dosis muy pequeñas pero de forma muy continua y se desconoce el efecto que puede tener en el ser humano a largo plazo", advierte este especialista.


Su mejor consejo es "ser siempre conscientes cuando hacemos la compra de lo que compramos, cuando estamos comiendo de lo que comemos, y cuando estamos cocinando, ver cómo los estamos cocinando. El problema es que tanto al comprar, como al cocinar como al comer lo hacemos con el piloto automático puesto, y casi por inercia", sentencia.


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