El cribado del cáncer de mama favorece el sobrediagnóstico de tumores pequeños

Según un estudio, el cribado no está asociado con una menor incidencia de tumores avanzados, lo que no excluye la realización de mamografías periódicas.

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Investigadores del Centro Nórdico Cochrane y el Rigshospitalet de Copenhague (Dinamarca) aseguran que el cribado generalizado del cáncer de mama mediante mamografías puede detectar tumores muy pequeños y de crecimiento lento que es poco probable que sean mortales, al tiempo que tampoco aumenta el diagnóstico de tumores más avanzados.


"El sobrediagnóstico conlleva que haya mujeres sanas que reciben diagnósticos innecesarios de cáncer de mama", según ha reconocido Karsten Juhl Jorgensen, uno de los autores de este trabajo que publica la revista 'Annals of Internal Medicine', lo que a su vez deriva en un "sobretratamiento con cirugía, radioterapia y en ocasiones quimioterapia, con serias consecuencias para estas mujeres".


En los últimos años ha crecido el diagnóstico de tumores en fases más precoces y neoplasias malignas preinvasivas, conocidas como carcinoma ductal 'in situ', a medida que más mujeres se van sometiendo a mamografías para detectarlo. No obstante, esto también debería conllevar que cada vez hubiera menos mujeres diagnosticadas con tumores más grandes o de un crecimiento más rápido.


El objetivo del análisis era ver si el cribado sistemático guardaba alguna relación con el sobrediagnóstico de tumores no agresivos, para lo que compararon los datos de dos regiones de Dinamarca de las que, en una de ellas, se ofrecía a las mujeres de 50 a 69 años someterse a una mamografía cada dos años.


En total incluyeron datos de más de 1,4 millones de mujeres danesas de 35 a 84 años analizadas entre los años 1980 y 2010. Los programas de cribado del cáncer de mama comenzaron en Copenhague en 1991, en Funen en 1993 y en Frederiksberg en 1994, cubriendo en conjunto a alrededor del 20% de la población. Sin embargo, en otras regiones no se implantaron de forma gradual hasta 2007.


Sin embargo, el estudio reveló que el cribado no se asoció con una menor incidencia de tumores avanzados, lo que plantea dudas sobre si la mamografía reduce las muertes por cáncer de mama, según concluyen los investigadores.


Además, estiman que hasta uno de cada tres tumores de mama diagnosticados en mujeres sometidas a una mamografía nunca habrían causado un problema de salud notable o directamente la muerte, por lo que podrían considerarse casos de sobrediagnóstico.


Mejora de las técnicas utilizadas

Una limitación del estudio es que, debido a que la mamografía ha mejorado desde que este estudio comenzó en 1980, las mujeres podrían obtener diferentes resultados hoy en día, reconocen los autores.


Aunque el estudio agrega evidencia feaciente de que las mamografías rutinarias conllevan un riesgo de sobrediagnóstico, eso no significa que sea hora de que las guías de detección cambien, ha reconocido Otis Brawley, director médico de la Sociedad Americana del Cáncer.


Las directrices de esta organización establecen que las mamografías deben ser opcionales para las mujeres de 40 a 44 años y, a partir de esa edad, deberían realizarse de forma anual hasta los 54 años, para posteriormente espaciarlas cada dos años a partir de los 55 años.


"No se trata de decir que no se hagan mamografías, sino de usarlas más eficazmente para salvar el mayor número posible de vidas", ha defendido Brawley en un editorial que acompaña al estudio. Además, recuerda que existen otras medidas preventivas que las mujeres no deben pasar por alto, como comer bien, hacer mucho ejercicio y mantener un peso saludable.


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