¿Conoces el auténtico poder de la risa?

No es broma: la risa tiene efectos terapéuticos demostrados sobre nuestro estado mental y también físico.

La risa tiene efectos terapéuticos
La risa tiene efectos terapéuticos
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"Con la risa combatimos el estrés, la ansiedad y la depresión", afirma José Miguel Astobiza, experto en Técnicas Psicológicas para el Control del Estrés. La risoterapia, dice este profesional, es "el conjunto de técnicas y dinámicas para ir al encuentro del humor, de la risa y la sonrisa interior, a fin de eliminar bloqueos emocionales, prevenir la ansiedad y el estrés y mejorar nuestro estado general, tanto a nivel físico como psicológico".


Astobiza, desde su asociación risoterapiazaragoza.com, organiza talleres de grupo con la carcajada como objetivo. En primer efecto positivo es que "durante las 2-3 horas que dura el taller, distraemos la mente", dice el experto, algo muy importante para descansar de las angustias y preocupaciones que nos pueden tener atenazados.


Astobiza afirma que llevar siempre una sonrisa amable es una buena estrategia. "La experiencia dice que si cambiamos la cara y ponemos una sonrisa, las personas que nos encontremos no podrán sostener la mala cara y también nos mirarán con cara amable". Es lo que se conoce como el ‘big feedback’: aquello que das es lo que recibes.


Esa buena armonía se trabaja también a través de la ‘sonrisa interior’, que es "un estado de armonía en nuestro cuerpo que hace que sin darnos cuenta tengamos la sonrisa en la cara", señala Astobiza.


Maribel Riezu, enfermera y trabajadora social, comenzó trabajando hace 15 años en la risoterapia cuando fundó la organización Vida y Risa. Riezu destaca el valor de la risa que "libera energía, es rompedora, y te pone en un estado de ánimo positivo y receptivo", pero propone dar paso más allá: el sentido del humor.


Se trata de crear un estado más que generar una acción concreta en la que rompamos a reir: "Hay situaciones demasiado graves en las que la persona es incapaz de llegar a la risa", afirma, "pero siempre podemos intentar la sonrisa". 


Esbozar una sonrisa, aunque sea obligándonos a ello, cumple la misma función que una sonrisa espontánea. "Hay estudios que demuestran que el cerebro no distingue entre una sonrisa real y una falsa", explica Riezu. "El simple gesto de mover los músculos cigóticos, los músculos de la cara con los que se forma la sonrisa, produce el efecto de estimular los nuerotransmisores que activan los centros de placer del cerebro y liberar endorfinas y otras hormonas que nos proporcionan alegría y bienestar", explica.


Activar los músculos cigomáticos, es decir, gestualizar una sonrisa sin que haya una razón directa, nos crea un estado ánimo positivo, y es una herramienta para mirar la vida a través del prisma del humor. Un punto de vista que hemos de buscar porque "el sentido del humor traspasa la realidad, toma distancia de los problemas y busca soluciones a través de la imaginación y todo ello nos ayuda a tener un estado de ánimo positivo, que nos ayuda a resolver esos conflictos internos que no nos dejan descansar", dice Riezu.

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