La tiranía del azúcar añadido, ¿sabemos lo que comemos?

Lo deseable sería no consumir más de 25 gramos diarios de azúcares añadidos pero el etiquetado de los productos es todavía confuso.

Azúcares y edulcorantes están presentes en multitud de productos que se consumen a diario y su elevada ingesta es perjudicial para la salud.
Los españoles consumimos 94 gramos diarios de azúcares libres.

Pongamos que damos a nuestros hijos para desayunar 30 gramos de los típicos cereales infantiles de arroz inflado con miel, con un vaso de leche chocolateada y un vaso de zumo de naranja envasado. Si consultamos las tablas nutricionales de las marcas más comunes de estos alimentos y las sumamos, solo con este desayuno nuestro hijo habrá ingerido unos 57 gramos de azúcar antes de salir de casa.


Si además se toma un refresco a lo largo del día (otros 27 gramos) y echa un sobrecito de azúcar a un yogur natural (8 + 4 = 12), al final del día habrá superado con creces los 90 gramos de azúcar que fija la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (Efsa) como máximo diario recomendado para un adulto con una dieta tipo de 2.000 kcal.


Los habrá superado, además, sin tener en cuenta los azúcares presentes de forma natural en frutas y verduras y antes, si quiera, de contabilizar los azúcares añadidos en el resto de productos que consumimos a lo largo del día. Muchas veces sin ser conscientes. Incluso en los salados: el ketchup, los fiambres envasados y hasta una crema de verduras de tetrabrick llevan en su composición cantidades considerables de azúcares añadidos.

Si son añadidos, no más de 25 gramos

Pero la cosa no queda ahí. Esos 90 gramos que fija la EFSA incluyen tanto los azúcares presentes de forma natural en los alimentos como los azúcares 'libres' o añadidos. Y resulta que tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el grueso de los nutricionistas aconsejan distinguir entre estos dos tipos de azúcares y no superar nunca los 50 gramos diarios de los del segundo tipo. Señalan, además, que en realidad lo deseable sería no consumir más de 25 gramos de azúcares añadidos. Una cantidad que se supera con una sola lata de refresco azucarado.


Un reciente estudio señala que la ingesta media de azúcares libres por parte de los adultos españoles se sitúa en los 94 gramos diarios. Casi el doble de la cantidad recomendada por la OMS y cuatro veces más de la cantidad que la misma organización considera el máximo ideal. En una reciente directriz, la OMS alerta además de la asociación que existe entre una elevada ingesta de azúcares libres, la obesidad y el consecuente desarrollo de enfermedades cardiovasculares.

'Menos azúcar, más sano'

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) considera alarmante la cantidad de azúcares añadidos que consumimos sin saberlo cada día y ha lanzado la campaña 'Menos azúcar, más sano' para sensibilizar a la población y pedir a las administraciones que exijan a los fabricantes reducir al menos en un 10% la cantidad de azúcares añadidos presentes en sus productos procesados. Piden, además, que esta reducción no implique una sustitución por edulcorantes y abogan por un etiquetado de los productos que distinga entre azúcares y permita al consumidor conocer la cantidad exacta de azúcar añadido de cada producto.


Rocío Mateo, nutricionista e investigadora del Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón, coincide con la OMS al señalar que 50 gramos diarios de azúcares añadidos ya le parecen "una barbaridad".


"Determinados azúcares están muy relacionados con la aparición de la diabetes y de enfermedades cardiovasculares y hoy en día todo lleva un montón de azúcares añadidos, hasta las cosas que creemos que son sanas", explica. De hecho, aconseja prestar mucha atención porque los productos 'desnatados' muchas veces compensan con más azúcares la falta de sabor de la misma forma que algunos productos 'sin azúcares añadidos' la compensan con más grasas.


"Cuando vayamos a hacer la compra y tengamos que elegir entre dos productos es imprescindible fijarse en el etiquetado nutricional", aconseja la nutricionista. Reconoce, sin embargo, que todavía resulta algo confuso para el consumidor: "La legislación ha mejorado mucho en ese sentido pero aún queda margen para mejorar", opina. 


En ese sentido resulta llamativo el ejemplo de las bebidas azucaradas. Pese a incluir unos 27 gramos de azúcar por ración, el fabricante señala en el etiquetado que esa cantidad representa solo el 10% de la cantidad diaria de azúcar recomendada. Claro, se basa en los 90 gramos de azúcares de todo tipo estipulado por la Efsa y no en los 50 gramos de azúcares añadidos recomendados por la OMS. 


A través de su campaña, la OCU aconseja, además, "educar nuestro paladar y el de los niños" prescindiendo poco a poco del azúcar añadido para que nuestro gusto se acostumbre con el tiempo a sabores menos dulces. 

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