El contacto con el cloro o el agua salada no perjudica la salud bucodental

Los nadadores que están en contacto con el agua de la piscina más de seis horas semanales son los que deben extremar las precauciones.

Los chapuzones en la piscina o en la playa tienen beneficios para el cerebro.
Los chapuzones en la piscina o en la playa tienen beneficios para el cerebro.
Nottingham Trent University

El contacto directo con el cloro y el agua salada de las piscinas y las playas no perjudica la salud bucodental, únicamente la exposición continuada al cloro implica un cuidado especial de la boca y es necesario mantener los niveles químicos de las piscinas para evitar erosiones del esmalte dental, según ha recomendado una experta de Sanitas Dental.


En este sentido, no es recomendable realizar enjuagues con agua de mar, aunque el agua y la sal se utilice en odontología para la cicatrización de las heridas, los restos de elementos que pueda contener este agua, como gasoil o basura, pueden ser perjudiciales para la salud bucodental. Sin embargo, la exposición al agua salada del mar no repercute en el estado de la boca.


"En el caso del agua con cloro, con la que se tiene contacto en las piscinas, cabe decir que la exposición habitual no es la suficiente como para dañar el esmalte dental", ha asegurado la odontóloga de la dirección asistencial de Sanitas Dental, Patricia Zubeldia.


A pesar de ello, hay que tomar medidas en las piscinas, especialmente en los domicilios privados donde el control de los elementos químicos es menor, para evitar que el PH del agua pueda perjudicar los dientes. 


Los deportistas tienen más riesgo

Los nadadores que están en contacto con el agua de la piscina más de seis horas semanales son los que deben extremar las precauciones, ya que se exponen de forma continuada a los productos químicos que contiene el agua.


"Como consecuencia, aumenta el riesgo de sufrir caries y tener depósitos orgánicos en los dientes, que frecuentemente se presentan en los dientes frontales con un tono marrón y gran dureza, conocidos comúnmente como sarro del nadador", ha explicado la especialista.


No obstante, "el sarro puede eliminarse sencillamente con una limpieza dental profesional y es esencial centrarse en hábitos de prevención, como fluorar los dientes regularmente y llevar un control sobre los niveles químicos del agua para evitar que el esmalte dental se debilite o erosione", ha concluido la experta.


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