Un libro relata la lucha contra el tabaquismo en España y las presiones de la industria

El libro, una investigación periodística de Carlos Escolà, denuncia las "malas prácticas" de la industria de la nicotina.

Portada del libro 'Licencia para matar. Una historia del tabaco en España'.
Un libro relata la lucha contra el tabaquismo en España y las presiones de la industria

El libro 'Licencia para matar. Una historia del tabaco en España' (Ed.Península) relata por primera vez las dificultades de la lucha contra el tabaquismo y las "presiones" de la industria tabaquera en España, donde cada año fallecen 60.000 personas por fumar, un millón de muertos en los últimos 30 años.


El autor de esta investigación, el periodista Carlos Escolà, ha avanzado que su relato describe con detalle el "cambio cultural" que ha supuesto en España las leyes regulatorias contra el tabaquismo, que han permitido en la última década que sean espacios libres de humo desde restaurantes a zonas de trabajo.


El libro denuncia las "malas prácticas" de la industria de la nicotina, que durante años no informó explícitamente a los consumidores que los cigarrillos generan adicción e importantes enfermedades, pues el tabaco provoca cada año la muerte prematura de entre cinco y seis millones de personas en todo el planeta, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).


'Licencia para Matar', que mañana sale a la venta coincidiendo con el Día Mundial Sin Tabaco, es una investigación periodística de siete años que ha culminado en una obra de cuatro extensos capítulos: 'El origen del mal' (la historia del tabaco) , 'La mayor conspiración civil de la historia' (los documentos desclasificados de las tabaqueras), 'España legisla contra la epidemia' (las regulaciones y el lobby) y 'Los enfermos claman justicia' (las demandas de los fumadores enfermos contra las tabaqueras).


El primer capítulo resume la historia del tabaco, desde su "descubrimiento" en América hasta la privatización de Tabacalera, con anécdotas como la bula papal que prohibió por primera vez fumar en España a principios del siglo XVII, en concreto en las iglesias de Sevilla, o que los bandoleros del siglo XIX fueron los auténticos "hombres Marlboro", pues ellos pusieron de moda los cigarrillos en detrimento del tabaco esnifado.


El segundo apartado analiza el centenar de documentos extraídos de los "cigaretts papers" que hablan de la "macabra" estrategia de las multinacionales en España, en donde maniobraron para cambiar el cultivo y que el consumo pasase del cigarrillo negro a un rubio americano con más nicotina, así como su papel para crear la patronal española del tabaco, los "topos" que introdujo en la universidad española para generar presión o cómo directivos de Tabacalera trabajaron como "lobby" para compañías como Philip Morris.


Esta investigación periodística revela así hasta un centenar de documentos desclasificados en los litigios de los EE. UU. de las multinacionales tabaqueras sobre su actividad en la Península, en los que se aprecian todo tipo de presiones a instituciones, partidos y representantes de la sociedad médica para evitar o posponer las regulaciones y seguir ampliando el negocio de la nicotina.


El tercer capítulo se centra en la actividad legislativa y regulatoria para frenar el consumo de tabaco, el papel favorable de la Casa Real para frenar el tabaquismo y la lucha de los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero ante las presiones de la industria, que cuenta con los mejores despachos de relaciones públicas.


Unas presiones que llegaron a la propia clase médica, pues miembros del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo, organismo de referencia que aglutina a 40 sociedades médicas, fueron tanteados, según este libro, para colaborar con la industria en momentos en los que su papel era clave para influir en la orientación legislativa del Gobierno.


El último capítulo revela que en los tribunales españoles se han presentado una treintena de demandas por consumo de tabaco, principalmente de enfermos de cáncer o afectados del Síndrome de Buerger, enfermedad que deja de forma paulatina a los adictos al tabaco sin sus extremidades.


La investigación de Escolà, periodista de Efe, explica también la lucha en los tribunales de los enfermos de cáncer de laringe, que presentaron las primeras demandas colectivas contra las tabaqueras, y que tuvieron que ver cómo eminentes médicos apoyaron a la multinacionales del tabaco, como fue el caso del hoy presidente de honor de la Real Academia Nacional de Medicina, el cirujano Hipólito Durán, perito en una causa que llegó al Tribunal Supremo y que trabajó por encargo de Japan Tobacco Internacional.


A diferencia de EE. UU., donde las tabaqueras tuvieron que afrontar multimillonarias indemnizaciones, en España y el resto de Europa ninguna sentencia ha sido favorable a los enfermos, ni siquiera la que mantuvo la Junta de Andalucía, la única administración que se atrevió a ir a los tribunales para ser recompensada por los gastos sanitarios de los enfermos fumadores.


En todo caso, para el autor, un ejemplo de que la lucha contra el tabaquismo debe continuar en España es que si bien la nueva directiva europea incorpora advertencias sanitarias en el 65% de la superficie de los paquetes de tabaco, muchos otros países como Australia, Francia o Irlanda, ya han incorporado el empaquetado genérico -100% de la superficie- porque "está demostrado que es eficaz para que los adolescentes no se enganchen". 


Ir al suplemento de salud.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión