Hasta un 48% de la población adulta sufre dificultad para iniciar o mantener el sueño

En al menos un 10% de los casos se debe a algún trastorno de sueño crónico y grave.

Varios afectados por enfermedades del sueño, entre ellos Carlos Marchena, participan en un taller de Asenarco, en Zaragoza.
Varios afectados por enfermedades del sueño participan en un taller de Asenarco, en Zaragoza.
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El insomnio es el trastorno de sueño más frecuente, seguido del síndrome de las piernas inquietas y del síndrome de apneas-hipopneas del sueño. La Sociedad Española de Neurología estima que entre el 60% y el 80% de los pacientes con narcolepsia y el 90% de los pacientes con apnea del sueño o con síndrome de las piernas inquietas no están diagnosticados.


Este viernes, 18 de marzo, se celebra el Día Mundial del Sueño, una fecha que este año está dedicada a destacar la importancia de tener una buena calidad de sueño. La Sociedad Española de Neurología (SEN) estima que entre un 20 y un 48% de la población adulta sufre en algún momento dificultad para iniciar o mantener el sueño, y en al menos un 10% de los casos esto es debido a algún trastorno de sueño crónico y grave, una cifra que incluso podría ser mayor por el alto número de pacientes que no están diagnosticados."Aunque muchos trastornos del sueño son tratables o prevenibles, menos de un tercio de los pacientes buscan ayuda profesional", advierten los expertos.


Pero, ¿qué es tener una buena calidad de sueño? "Hay tres aspectos básicos para determinar si una persona tiene una buena calidad de sueño: la duración, la continuidad y la profundidad", detallan los neurólogos. Es decir, si el tiempo dedicado a dormir no es suficiente para sentirnos descansados al día siguiente, si hay interrupciones en nuestros ciclos de sueño o si nuestro sueño no es lo suficientemente profundo para considerarlo restaurador significa que no tenemos una buena calidad del sueño y, por tanto, "es el momento de visitar a un profesional", aconseja el doctor Hernando Pérez Díaz, Coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología.


El sueño es un proceso fisiológico de vital importancia para la salud integral de los seres humanos, para la supervivencia del individuo y para el correcto funcionamiento del sistema nervioso. "Si no conseguimos dormir -advierte el doctor Hernando- se reduce la calidad de vida, aumenta el riesgo de hipertensión y de accidente cerebrovascular, y se pueden agravar también otras enfermedades que padezcamos".


De hecho, la falta de sueño y un mal descanso afecta también a las funciones cognitivas, de manera que disminuye la concentración y la capacidad de atención, aumenta el tiempo de reacción, surgen problemas de aprendizaje y se pueden llegar a producir fallos de memoria, cambios bruscos de humor y alteraciones en el proceso de toma de decisiones, según añade este especialista.


Las condiciones ambientales que rodean el descanso, como puede ser la temperatura de la estancia, el ruido o la luz, pueden desempeñar un papel significativo a la hora de tener una buena calidad de sueño.


Recientemente, un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Stanford, en EE.UU., señalaba que el alumbrado nocturno de las calles, y especialmente el de las grandes ciudades, podía interferir en nuestro sueño y provocar que nuestro descanso no sea "lo suficientemente reparador". A este tipo de situaciones se suman otros condicionantes como la comodidad de la cama, la ingesta de ciertos alimentos o bebidas o el uso de dispositivos electrónicos antes de acostarnos.


No obstante, independientemente de estos factores que pueden interferir en la calidad del sueño y que pueden ser modificables, existe un alto porcentaje de la población que padece algún tipo de trastorno del sueño. Entre ellos, el insomnio es el más frecuente, pues según datos de la Sociedad Española de Neurología entre el 25-35% de la población adulta padece insomnio transitorio y entre un 10 y un 15% -lo que supone más de cuatro millones de adultos españoles- sufre de insomnio crónico.


Tras esta patología, los trastornos del sueño más comunes son el síndrome de apneas-hipopneas del sueño y el síndrome de las piernas inquietas. Este último afecta aproximadamente a un 5% de la población, siendo las personas mayores de 50 años las más propensas a sufrirlo; mientras que el síndrome de la apnea del sueño afecta a entre un 2 y un 4% de la población, principalmente a varones adultos con sobrepeso y a mujeres que han pasado la menopausia. La SEN estima que el 90% de los pacientes con apnea del sueño o con síndrome de las piernas inquietas no están diagnosticados.


Día Europeo de la Narcolepsia

Este viernes, 18 de marzo, se conmemora también el Día Europeo de la Narcolepsia, una enfermedad que aunque no es tan prevalente, afecta a más de 25.000 personas en España. El síntoma más incapacitante de la narcolepsia es la excesiva somnolencia diurna. Según cifras de la Sociedad Española de Neurología, entre el 60% y el 80% de los pacientes con narcolepsia están sin diagnosticar y, en algunos casos, no se detecta hasta 10 años despúes de haber comenzado a tener los primeros síntomas, por lo que su incidencia podría ser mayor.


"Avanzar en la identificación temprana de la narcolepsia y de cualquier trastorno del sueño, es indispensable para una mejor gestión y seguimiento de estos pacientes, así como para mejorar su calidad de vida", defienden los especialistas. Esta necesidad se hace aún más importante en los niños pequeños, en adolescentes y en personas que comienzan a integrase laboralmente, "por las consecuencias que estas enfermedades tienen en ellos", destaca el doctor Hernando Pérez.


"Lo primordial es que los pacientes o sus familiares sean conscientes de que no se está descansando de forma adecuada y que acudan a un especialista", sentencia.


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