Los especialistas médicos aconsejan no emprender el viaje nada más salir del trabajo

El 77% de los conductores españoles conduce bajo estados de estrés, un factor que provoca la pérdida del autocontrol e imprevistos al volante.

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Atlas

Las vacaciones de Semana Santa incentivan las ganas de viajar y aprovechar ese periodo festivo. Sin embargo, el estrés habitual, la impaciencia de última hora por el ansiado descanso y la tensión a la que somete la conducción puede pasar factura al volante. Según señalan los expertos consultados, el 77% de los conductores españoles conduce bajo estados de estrés. Con la vista puesta en los trayectos en coche, los especialistas médicos de 'Top Doctors' alertan de que el estrés al volante no solo se crea en el momento de la conducción, sino que puede haber una predisposición previa derivada de factores externos que es importante minimizar antes de salir de viaje.


En bucle: el estrés diario aumenta el estrés al volante y viceversa

Incluso para el conductor más experto, conducir genera estrés. Puede ser un estrés agudo, que aparece al enfrentarse a una situación intensa como chocar con un vehículo, y puede darse también un estrés crónico, que es el que padecen aquellas personas que solo por el mero hecho de conducir ya sienten ansiedad. Sin embargo, el más común es el estrés episódico, que se da cuando el estrés agudo se manifiesta de forma frecuente.


"Son muchas las circunstancias que nos obligan a estar tensos", explica la doctora Sandra Farrera, directora médica de Psicología de Top Doctors. "Tener que enfrentarnos a las horas punta, las retenciones, los radares y multas, desvíos obligados, falta de aparcamiento o las infracciones de otros conductores, hace que se sufra el llamado 'estrés al volante' y se tenga que lidiar con síntomas como ansiedad, bloqueo emocional, tristeza, frustración, taquicardia, sudoración o la falta de control que, si bien pueden no ser demasiado intensos, sí que son constantes", añade.


El estrés producido por el propio acto de conducir, unido al estrés habitual de la persona, generan un mayor desgaste físico y mental para adaptarse a la conducción. "En vez de aparcar los problemas, los llevamos de copiloto", señala la doctora. Así, el coche se convierte en un espacio donde damos vueltas a nuestros problemas y, en muchas ocasiones, se utiliza como una segunda oficina. "De forma imprudente, se aprovechan los atascos para mirar mensajes, enviar e-mails o hacer llamadas. Todo esto influye directamente en nuestra forma de percibir los estímulos, en nuestra forma de comportarnos al volante y de resolver determinadas situaciones", advierte esta especialista. En consecuencia, si uno está ya estresado al volante, reacciona con impaciencia, impulsividad e imprudencia. "Solemos ser más competitivos, nos tornamos agresivos, incluso hostiles y esto puede ser una provocación para el resto de conductores", asegura Farrera al describir que muchas personas cambian su carácter al subirse al coche. 


"Hay personas que se desinhiben al conducir y todo el autocontrol que han podido ejercer en casa o en el trabajo, desaparece al volante. Ante cualquier imprevisto, reaccionan de forma agresiva y desproporcionada cuando en otros ambientes no lo harían. Descargan así tensiones pero se vuelven peligrosos al volante", alerta esta especialista.


Cuando llega el momento de coger las vacaciones, cuesta desconectar. Los especialistas médicos aconsejan no emprender el viaje nada más salir del trabajo. Al contrario, recomiendan llegar a casa, relajarse, ir a dar una vuelta, estar tranquilo y desconectar. 


Los consejos de la doctora Farrera para evitar el estrés al volante: Asegúrate de que estás bien y de que has aparcado tus problemas durante un rato. Ve descansado, evita emprender el viaje nada más salir de trabajar. Relájate conduciendo. Piensa que te mereces un descanso mental y conducir ahora te beneficiará si disfrutas de ello. Disfruta de poder conducir tu coche. Ponte buena música. Deja tus problemas en el maletero. Busca buenos compañeros de viaje. Pide a tus compañeros de viaje calma y refuerzo positivo. Si hay discusiones: para. El coche no es la oficina, es un medio de transporte que te tiene que hacer la vida más fácil. Si no es así, no tienes el control que crees tener. No por ir deprisa se llega antes. ¡Que nadie, ni tú mismo, te amargue el viaje!La doctora Farrera recuerda que la conducción por carretera, en general, puede ser más relajante e incluso puede ayudar a reducir el estrés generalizado, siempre y cuando no surjan problemas de tráfico y la persona sepa desconectar de los problemas de su día a día.


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