Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Un 24% de los menores con trastornos alimenticios tienen síntomas de TDAH

El psiquiatra del Hospital Clínico Pedro M. Ruiz presentará este viernes un estudio realizado en Aragón con 119 pacientes de las consultas de Psiquiatría Infantil para valorar la comorbilidad asociada al trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

Ímagen de archivo de dos niños con TDA-H realizando ejercicios para focalizar la atención en la asociación aragonesa AATEDA.
Ímagen de archivo de dos niños con TDA-H realizando ejercicios para focalizar la atención en la asociación aragonesa AATEDA.
P. Berné

Un 23,5% de los niños y adolescentes aragoneses que padecen un trastorno de la conducta alimentaria presentan también síntomas del trastorno por déficit de atención e hiperactividad, conocido como TDAH. Así se desprende de un estudio pionero realizado en las consultas de Psiquiatría Infantil del Hospital Clínico Lozano Blesa, la unidad de referencia en Aragón para el abordaje de este tipo de casos.


El psiquiatra Pedro M. Ruiz Lázaro, quien dirige la tesis doctoral de la doctora Barrera, expondrá este viernes en Madrid los resultados de este estudio elaborado a lo largo de 2015 con una muestra de 119 pacientes menores de edad que son atendidos en las consultas de Psiquiatría Infantil del Hospital Clínico de Zaragoza. 


"La impulsividad asociada al TDAH -explica el doctor Ruiz- favorece que haya muchas comorbilidades asociadas a este trastorno". O lo que es lo mismo, incrementa la posibilidad de que ese niño o adolescente desarrolle otras patologías asociadas, como son los trastornos de la conducta alimentaria de tipo bulímico, atracones, o el riesgo de que en su etapa adulta tenga problemas por consumo y abuso de drogas. 


"Cuanta más comorbilidad aparece, el pronóstico es peor, pero si abordamos este tipo de casos de forma interdisciplinar, ofreciendo tratamiento para todos los problemas asociados, la probabilidad de éxito es mayor", defiende este psiquiatra que forma parte del Grupo de Especial Interés en el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (GEITDAH). 


Esta sociedad científica, en la que participan 18 psiquiatras de diferentes comunidades autonómas se constituyó como asociación hace un año con el objetivo de dedicarse en exclusiva al estudio y el manejo clínico del TDAH, un trastorno cada vez más frecuente en las consultas de Psiquiatría Infantil de la Comunidad. En Aragón, precisa Ruiz, estudios recientes demuestran que un 42% de las consultas especializadas de Psiquiatría Infantil se corresponden con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, y aunque no hay estudios epidemiológicos en la Comunidad, se estima que este trastorno afecta a en torno un 6,8% de los niños y adolescentes españoles. "Antes la gente no pedía ayuda porque no se conocía lo suficiente o se tachaba al niño de 'impulsivo' o 'movido', pero ahora hay más sensibilidad con este tema y se ve más a menudo en las consultas", confiesa Ruiz. 


De la comorbilidad asociada a este trastorno y de los factores de riesgo que están detrás versará la ponencia de este especialista aragonés en Madrid, ciudad que acoge este viernes un congreso organizado por el grupo GEITDAH para abordar los últimos avances en el manejo clínico del TDAH


Tres avances en el manejo clínico del TDAH

Desde sus inicios, en el año 2007, este grupo dirigido por el psiquiatra Francisco Montañés, profesor de Medicina en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, ha profundizado en el diagnóstico y el tratamiento del TDAH en un momento en el que esta afección está cobrando relevancia en la sociedad. "El TDAH no se enseñaba en las facultades de Medicina hasta hace relativamente poco, pero ha existido siempre. Cuando yo empecé a ver este trastorno, ningún especialista de adultos trataba con medicación a pacientes con TDAH, y sin embargo ahora se ven muchos casos de adultos a los que se les confirma el diagnóstico y se les trata", subraya Montañés. 


Entre los grandes logros conseguidos en esta lucha por ponerle cara a la enfermedad, figuran la mejora de los diagnósticos, el avance en los tratamientos -que hoy se trabajan de forma interdisciplinar- y el estudio de la comorbilidad asociada al trastorno por déficit de atención e hiperactividad. "Nos decidimos a buscar la evidencia científica y hacer consenso entre todos los especialistas para poder generar una guía clínica que en cada sitio, a nivel local, pueda ser adaptada. No dictamos lo que es perfecto, sino que damos unas pautas para que se tomen de base en cada Comunidad", precisa este psiquiatra. 


Son pequeñas "píldoras" de información dirigidas a los profesionales, que en países como Estados Unidos o en el Reino Unido ya se recogían en determinadas publicaciones como la guía del Consenso de Texas o la guía NICE. "Nosotros resumimos todos los avances que hay con evidencias científicas y publicamos ese trabajo en una revista de prestigio, como la de Neurología, consiguiendo con ello miles de descargas de un contenido que creemos útil para médicos, educadores, psicopedagogos y otros profesionales que están en contacto con este tipo de casos", precisa.


Para ello, lo primero es asegurar un buen diagnóstico y pautar después el tratamiento farmacológico adecuado. "Los objetivos en este sentido se están cumpliendo porque en un 80% de los casos resulta exitoso y uno de cada tres logran una remisión completa", asegura.


Pese al daño que genera y todos los problemas asociados, este trastorno ha estado durante mucho tiempo en el punto de mira. Montañés, por su parte, asegura que lo que se conoce ahora como TDAH ha existido siempre, aunque el diagnóstico certero sea relativamente nuevo. "El problema es que se le ha dado distintos nombres, pero con el tiempo hemos conseguido que salga del grupo de trastornos mentales que producían comportamiento 'perturbados', para ser catalogado dentro de lo que se conoce como trastornos del neurodesarrollo, que es donde debe estar", puntualiza este especialista, que insiste en la importancia de dar una respuesta coordinada a este tipo de casos. "No queremos que se considere a estos niños como un grupo de pacientes que dan problemas. Anteriormente eran casos que se dejaban estar... Hoy sabemos que tienen respuesta y debemos dársela", defiende.


Para los psiquiatras de esta comunidad científica, tratar a estos pacientes supone una "satisfacción" muy grande a nivel profesional. "Les cambias significativamente la vida y muchos te lo dicen. Pasas de ver niños que están suspendiendo, con problemas de conducta, etc... a niños y adolescentes que empiezan a cumplir objetivos a raíz del diagnóstico. Comparado con otros trastornos más difíciles de abordar, el tratamiento del TDAH es muy satisfactorio porque con el tiempo y el tratamiento adecuado vemos una progresión", reivindica. 


Grandes retos por cumplir en el manejo del TDAH

Profundizar en el estudio de las comorbilidades asociadas a este trastorno es uno de los grandes retos que la comunidad médica se plantea resolver en los próximos años. El estudio pionero realizado en el Hospital Clínico despeja algunos de esos interrogantes, pero los frentes abiertos son varios: desde la relación de este trastorno con el riesgo de desarrollar obesidad a su vínculo con la adicción a las nuevas tecnologías, algo que ya se ha demostrado. "Los TDAH son los pacientes que más se enganchan al uso de dispositivos electrónicos -móviles, tablets, ordenadores-. Antes no sabíamos cómo enfocarlo y ahora ha pasado a ser uno de los problemas principales de este trastorno que no acaba en la infancia", apostilla Montañés, quien asegura pautar tratamientos con tiempos de 'abstinencia' y recomienda asimismo la supervisión de los padres. "Los niños no se pueden autoregular. Los adultos se tienen que dar cuenta de que el móvil no es inofensivo y de que hay que controlar su uso", añade.


Otra parte de la comorbilidad de este trastorno se asocia a problemas de electoescritura y es que, según datos de este especialsita, es frecuente que en un 20% de los casos de TDAH se vean otros trastornos relacionados con estas habilidades educativas. "Hay que explorar esa comorbilidad asociada porque si no el paciente va a tener una muy mala evolución", señala.


En cualquier caso, la respuesta a este tipo de casos se debe dar en los diferentes ámbitos y de una forma coordinada entre psiquiatras, pediatras, psicopedagogos y educadores. "Los profesionales han de ponerse de acuerdo sobre cómo tratar a esos pacientes. Todos tenemos que hablar con todos y la coordinación para que esto funcione bien debe ser promocionada por las instituciones, pero si no surge de abajo para arriba, con la iniciativa de los propios profesionales, esto no funcionará", concluye Montañés.


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