Tercer Milenio

En colaboración con ITA

"El Clínico me dio la oportunidad de volver al país donde me formé"

Reconocido por la revista 'Forbes', César Velasco, de 29 años, fue uno de los doctores más jóvenes en luchar contra la epidemia de ébola en Freetown (Sierra Leona).

El doctor César Velasco, del Hospital Clínico, en una imagen de su misión humanitaria en Sierra Leona.
El doctor César Velasco, del Hospital Clínico, en una imagen de su misión humanitaria en Sierra Leona.
César Velasco/blog

César Velasco Muñoz, de 29 años, sueña con cambiar el mundo a través de la salud pública. Tras haberse recorrido cuatro continentes y participar en una de las misiones humanitarias más complicadas para la contención de la crisis de ébola en Sierra Leona, la revista 'Forbes' ha premiado el esfuerzo de este profesional que representa –según la publicación estadounidense– el vivo ejemplo de una "nueva generación de médicos" que lideran el cambio en la asistencia sanitaria.


"Recibir este reconocimiento ha sido para mí una gran alegría, es un premio a todo el esfuerzo por llegar a donde estoy y a las ganas que tengo de continuar en esta aventura de cambiar un poquito el mundo a través de la medicina”, confiesa este joven madrileño que, a sus 29 años, es ya subdirector médico del Hospital Clínico de Zaragoza.


Llegar a esta ciudad y recibir la invitación de trabajar para la Sanidad pública supuso para este profesional la oportunidad de volver al país donde se había formado, estando así más cerca de los suyos. "Nunca me imaginé trabajando aquí, pero cuando estás acostumbrado a vivir con dos maletas, la vida te da sorpresas que hay que saber recibir", confiesa ilusionado de poder ejercer la medicina aquí.


Su llegada al Hospital Clínico de Zaragoza

Velasco pasó a formar parte de la gerencia del Clínico en septiembre de 2015. Estudió Medicina en la Universidad Autónoma de Madrid, su ciudad natal, y posteriormente, tras estudiar y trabajar en Barcelona, se convirtió en uno de los médicos españoles más jóvenes que lucharon por evitar que el ébola llegara a Europa en uno de los picos de la epidemia. Lo hizo en diferentes centros de Freetown y Makeni, en Sierra Leona, con el respaldo del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y de la Organización Mundial de la Salud.


"Ir allí apoyado por las instituciones de mi país, en las que he crecido y me he desarrollado como profesional, fue para mí un orgullo e hizo que no me sintiera solo. Antes había trabajado en Mozambique y en hospitales de México y de la India, pero esta era la primera vez que iba a un sitio que vivía una verdadera crisis humanitaria", recuerda.


Su trabajo de campo en la zona de los 'slums' de Freetown y Makeni supuso para este residente aragonés "una aventura impresionante" en una región absolutamente deprimida y en crisis. Su expedición con el Centro de Alertas llegó allí en un momento muy duro de la epidemia. Coincidía con el último brote que hubo en Freetown y que se prolongó durante varios meses. Velasco se encargaba de los tutoriales formativos acerca de los equipos de protección en la zona, apoyado por las instituciones españolas y europeas y en representación del Hospital Clínico de Barcelona. De su experiencia en África destaca la satisfacción de haber podido aplicar toda la educación que había recibido y ver que allí toda esa formación tenía un sentido. "En Sierra Leona he conocido a profesionales increíbles y he tenido la oportunidad de dar lo mejor de mí mismo. El estar cerca de la gente que más lo necesita te ayuda a sentir que estás en el sitio que tienes que estar", confiesa este especialista en Medicina Preventiva.


Una experiencia para el recuerdo en Sierra Leona

Sus mejores recuerdos de la experiencia los comparte en su blog, en el que día a día fue contando durante meses los logros y mejoras que iban ganando para la población africana. Velasco asegura que cuando se le presentó la oportunidad de participar en esta misión, no tuvo miedo de partir, y anima a hacerlo a todos aquellos médicos residentes que como él, en su día, sientan la necesidad de aplicar todo lo aprendido para ayudar en una región tan deprimida.


En la respuesta al ébola en África participaron miles de médicos y sanitarios españoles, aunque "jóvenes no había muchos", matiza. El miedo a la epidemia y una falta de confianza justifican, para este profesional, la ausencia de médicos cooperantes más jóvenes que él. "En España somos siempre muy humildes con la formación que recibimos. Tenemos mucho que aportar y hay que tener más confianza como profesionales para ir a estos sitios", asegura.


Ahora, en su puesto de subdirector médico del Hospital Clínico de Zaragoza, tiene la oportunidad de continuar ejerciendo la medicina más cerca de los suyos, "con un equipo de profesionales con mucha experiencia y muchas ganas de trabajar" por la sanidad pública.


Grandes retos sanitarios

"Hoy en día es un privilegio ver que la educación que has recibido tiene un sentido y lo puedes aplicar. En Aragón y en Zaragoza también hay necesidades, y tenemos que estar ahí día a día ofreciendo lo mejor de nosotros a los ciudadanos para intentar que la sanidad llegue a todo el mundo de la mejor manera posible", reivindica. 


Uno de los grandes retos que enfrentan en materia sanitaria guarda relación con las enfermedades altamente contagiosas que están llegando también a Europa. "No hay que prepararse solo para la eventualidad de un ébola, sino también para otro tipo de fiebres hemorrágicas hacia las que tenemos que saber orientar toda la sabiduría y el esfuerzo realizado contra el resto de enfermedades", añade.


Y es que, a su juicio, son las enfermedades comunes -aquellas que nos visitan cada día en los hospitales- las que dan auténticas lecciones de salud pública. "Yo estoy convencido de que, hoy por hoy, una persona que tiene una gripe o aquella que llega a Urgencias con un politraumatismo grave reciben la atención en un tiempo extraordinario; y cuando lo comparo con otros sistemas sanitarios que he conocido me parece un privilegio. Tenemos que seguir trabajando para que ese esfuerzo de todos los ciudadanos, que son los financiadores del Sistema Nacional de Salud, siga mereciendo la pena y siga teniendo la gente ese respaldo en sanidad que se merece", defiende este joven médico. 


El reconocimiento de la revista Forbes le llega en un buen momento profesional, que no se entendería sin la trayectoria que tiene detrás. "A lo largo de esta etapa de mi vida, nunca he hecho una sola cosa: publicaba artículos científicos mientras estaba estudiando y trabajaba a la vez con temas internacionales. El premio reconoce la capacidad de compaginar todo eso, el esfuerzo del estudiante de la universidad pública que tiene ese afán por construirse a sí mismo y aprovechar todas las oportunidades que le brindan", subraya agradecido.


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