Solo el 29% de los hoteles de las principales ciudades españolas cuenta con un desfibrilador

Las paradas cardíacas producen cada año más de 30.000 fallecimientos en España.

Imagen de un desfibrilador con su libro de indicaciones.
Imagen de un desfibrilador con su cartel de indicaciones.

Solo el 29% de los hoteles de las principales ciudades españolas está equipado con un desfibrilador, según los datos recogidos en una investigación que ha realizado la empresa B+Safe entre un total de 600 establecimientos hoteleros de España.


Este hecho, sitúa a España muy por debajo de la media europea , y eso que, según el citado estudio, en el 8% de los hoteles que han formado parte de las entrevistas, se ha producido un accidente cardíaco de gravedad.


“Sorprende que en un país líder mundial en recepción de visitantes internacionales, donde el turismo es una fuente de ingresos primordial, no se aborde en profundidad la parada cardíaca que produce cada año más de 30.000 fallecimientos en España. La disponibilidad masiva de desfibriladores puede salvar miles de vidas al año. En el caso de parada cardíaca repentina, la capacidad de reacción en los primeros cinco minutos marca la frontera entre la vida y la muerte”, apunta Nuño Azcona, Director General de B+Safe.


Según las mismas fuentes, la legislación española actual tampoco ayuda a avanzar en este sentido, ya que solo Canarias regula de

manera específica la obligatoriedad de disponer de desfibriladores en los hoteles con más de

1.000 plazas.


Además, son pocas las regiones españolas, además de Canarias, que han

desarrollado una normativa propia en materia de cardioprotección: País Vasco, Cataluña y

Andalucía. En ellas, la necesidad de que los establecimientos turísticos estén equipados con

esta tecnología salvavidas se engloba en las disposiciones generales respecto a lugares

públicos: aforo igual o superior a 5.000 personas en el caso de Andalucía y Cataluña y de 700 personas en Euskadi.


En este trabajo, también se recuerda que mientras en nuestro país, tras una enfermedad cardíaca, el índice de salvación se sitúa en un 4%, en EEUU alcanza el 50% gracias a la implantación masiva de desfibriladores semiautomáticos (DESA) en espacios públicos.


"Estos equipos son capaces de revertir una situación de parada cardiorespiratoria, también llamada muerte súbita, ya que si esta se produce disponemos de un plazo máximo de 5 minutos para asistir a la víctima con garantías de éxito. Además, por cada minuto que se

pierde, desciende un 10 por 100 la probabilidad de supervivencia y aumenta el riesgo de padecer secuelas", concluyen las mismas fuentes.


Más información sobre estos temas en el Suplemento de Salud

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