Cuando la voluntad y el esfuerzo diarios obran auténticos "milagros"

?Las lesiones cognitivas sobrevenidas, causadas por un grave traumatismo o un ictus, trastocan la vida de quienes las sufren y obligan a una rehabilitación diaria para salir adelante.

La paciente Vivian Forster y el neurofisiólogo Javier Viñuales, en el instituto de rehabilitación Fibersalud de Huesca, donde asiste tres veces por semana a terapia.
La paciente Vivian Forster y el neurofisiólogo Javier Viñuales, en el instituto de rehabilitación Fibersalud de Huesca, donde asiste tres veces por semana a terapia.
P. Berné

A Vivian Forster, de 38 años, un accidente de tráfico le cambió la vida. Viajaba con su pequeña Ayla, de tres años, cuando una anemia repentina y aguda le hizo salirse de la carretera de camino a la escuela de educación libre La Tarabilla, en Huesca. Ayla resultó ilesa, pero su madre sufrió un traumatismo craneoencefálico que la obligó a permanecer ingresada durante meses en la clínica Guttmann de Badalona tras pasar por varios hospitales de Aragón.


"El accidente fue el 5 de marzo de 2014, justo el día después de mi cumpleaños. Me llevaron en una ambulancia al hospital San Jorge de Huesca y luego estuve ingresada en el Clínico de Zaragoza hasta que me derivaron desde allí a Barcelona para seguir un tratamiento neurorehabilitador", recuerda Vivian al afrontar ahora en Huesca la "recta final" de su recuperación.


De aquellos primeros meses en el Instituto Guttmann apenas recuerda nada. Su pronóstico al llegar a este centro terapéutico especializado era grave. Presentaba un traumatismo craneoencefálico con afectación craneal, déficit de equilibrio, hemiparesia izquierda y un déficit cognitivo que le provocaba una alteración de la atención sostenida y de la memoria audioverbal. "Empecé a recobrar la memoria a largo plazo pasados los dos meses de estar en la clínica Guttmann. Me levantaba y le decía a Dani (su pareja): 'Tranquilo, esto es solo un mal sueño y mañana vamos a estar en la casa'", relata esta madre colombiana que vive en Monflorite.


Su pequeña Ayla, de 4 años y medio, ha sido para ella su otra gran 'rehabilitación'. “Ella es la personita que me ha dado fuerza e inclusive me ayuda a hacer las terapias del ojo que tengo que hacer todos los días en casa para cuadrar la vista. Si le hubiera pasado algo a ella… yo no habría salido adelante", confiesa.


Más allá de las vivencias que su familia y su entorno le han contado, Vivian apenas recuerda nada de aquellos primeros meses de terapia. Sabe que su pequeña quedó en 'shock' y perdió el habla tras el accidente. Pasaron tres o cuatro meses hasta que volvió a pronunciar unas palabras. "Con la angustia que me generó el no verla allá, una de las hermanas de Dani me la llevó desde Huesca a Badalona para que la viera. Estuvo una mañana entera conmigo y de eso me acuerdo. No quería que se la llevaran de mi lado, así que me dejaron bajar aquí al pueblo dos fines de semana antes del alta para estar con ella. Llegamos acá la víspera de su cumpleaños y fue súper bonito volver a estar con Ayla otra vez", recuerda.


Pese a todo, "volver a la vida real" no fue nada fácil para esta artista colombiana. La gravedad de sus lesiones le obligó a aparcar sus faenas diarias, su trabajo, sus marionetas, sus aficiones... "Cuando llegué aquí a la casa estaba negada, no quería ir a ningún fisio ni ver a más médicos. Volver a la rutina y no poder coger a Ayla en brazos me era muy duro, pero entonces conocí a Javi, cambié el 'chip' por mi familia y me puse en sus manos", relata.


El neurofisioterapeuta oscense Javier Viñuales, del instituto de rehabilitación Fibersalud -un centro especializado en el tratamiento de lesiones cognitivas- ha sido para ella su otro gran apoyo en esta lucha por volver a llevar una vida normal. "Al principio pensaba que no me serviría, pero al mes y medio empecé a ver avances y de semana a semana notaba progreso, no solamente a nivel físico, sino también de la cabeza. Él me hace terapia y combina todo con el trabajo de la memoria y la coordinación del habla. Si me vieran hace un año no me reconocerían", dice con una sonrisa.

Lesiones discapacitantes

Según datos facilitados por el departamento de Ciudadanía y Derechos Sociales, en el último año más de 1.116 personas (561 mujeres y 555 hombres) han desarrollado una limitación funcional; 535 pacientes (252 mujeres y 283 hombres) han sufrido una parálisis y en torno a 600 aragoneses han sido diagnosticados de algún tipo de discapacidad auditiva (350 personas) o visual (323 personas) en 2015. En total, en Aragón, hay 23.583 personas que sufren una limitación funcional; más de 11.700 han sido víctimas de una parálisis y cerca de 8.590 presentan una discapacidad visual. Cuando el daño cerebral es sobrevenido a una lesión que se produce de forma más o menos repentina en la masa encefálica, en un 80% de los casos se trata de un ictus o accidentes cerebrovasculares, como derrames, aneurismas o embolias; el 20% restante se debe a traumatismos craneoencefálicos –causados en su mayoría por accidentes de tráfico–.


Para recuperar el movimiento y tratar de retomar la vida diaria, es necesario "activar" los procesos cognitivos que se encargan de dicha organización, tales como la percepción, la atención, la memoria, el lenguaje, la imagen motora y el razonamiento. "Lo importante es valorar bien a cada paciente y pautar un tratamiento específico para cada uno de ellos, ya que en el caso de las lesiones neurológicas nunca va a haber dos cerebros que respondan igual", explica Viñuales.


En este centro de Huesca se trabaja específicamente con el método Ejercicio Terapéuctico Cognoscitivo (ETC), que evoluciona en la actualidad de la mano de las neurociencias para ayudar al paciente a recuperar las funciones deficitarias de forma integrada teniendo en cuenta su experiencia vital y las sensaciones de su cuerpo en reposo, en movimiento y en interacción. "Se necesitaría mucha más investigación y nuevas técnicas para hallar nuevos tratamientos que les permitan a estos pacientes avanzar", reivindica Viñuales. A nivel personal, la voluntad y la constancia demuestran que siempre se puede mejorar. "Muchas veces te encuentras pacientes que se dejan ir, y que no siguen rehabilitándose después de esa lesión, mientras que en muchos otros casos vemos que trabajando bien pueden mejorar bastante. Pero su voluntad es fundamental", puntualiza este especialista.

Rehabilitación y fuerza de voluntad para salir adelante

Los beneficios en cualquier caso no son instantáneos, pues la rehabilitación forma parte de un costoso proceso que tanto Vivian como otros pacientes afrontan a diario en su lucha contra lesiones discapacitantes. "Para la gente que no está bien y ha pasado por situaciones fuertes, lo único que puedo decir es que para mí salir de esto ha sido como un regalo de la vida que me ha traído un montón de cosas positivas. Ha sido un tiempo muy duro de trabajo, de esfuerzo, de constancia… de sobrellevar esto y dejar la vida de lado por seguir avanzando, pero con la fuerza de saber que esto va a ir bien y que voy a volver a llevar una vida normal. Todo lo que se necesita para salir adelante es voluntad y mucha energía de la gente que está alrededor de uno y yo no tengo cómo darle las gracias a todos los que han estado conmigo", cuenta con una sonrisa.


Esta Navidad, Vivian viajará a Colombia con Ayla para pasar estas fechas al lado de sus padres y de su hermana. Cuenta que se escapa así del invierno para retomar allí la fotografía con gente con la que trabajaba antes de venir a España. Ahora quiere volver a trabajar de lo suyo, disfrutar del clima caribeño y volver a ver a los suyos. "Seis meses después del accidente marché a Colombia porque mi marido tenía que volver al trabajo y yo no podía quedarme sola. Todavía no podía cargar a Ayla ni hacerme cargo de las tareas cotidianas, así que estuve dos meses allá en casa de mi hermana haciendo ejercicios que me habían pautado aquí en Huesca. Esa fue mi otra rehabilitación", confiesa.


Contra todo pronóstico, ahora Vivian ha vuelto a conducir, a pintar, a coger a su hija en brazos con la misma vitalidad que antes. De hecho, hace ya un año que empezó a moverse sola por Huesca para ir a terapia y llevar a su pequeña al colegio. "Ahora va al Pío XII y la llevo todas las mañanas antes de ir a la rehabilitación. Luego la recojo de nuevo para comer y la vuelvo a llevar. Estoy con ella todo el tiempo que puedo", añade.


Este fin de semana, en su casa de Monflorite, Vivian organizará su primera muestra de marionetas y móviles que ella misma ha diseñado, confeccionado y pintado en este tiempo tanto para ella como para el mercado. Será este sábado, 12 de diciembre, de 10.00 a 18.00, y a quienes acudan, indica: "les ofreceré vinito caliente". 


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