Así lo ha señalado hoy la presidenta de la SEOM, Pilar Garrido, en una rueda de prensa con motivo del
hasta el próximo 30 de octubre y durante el que han analizado los resultados de un
Una de las principales conclusiones de este estudio -realizado sobre 11 fármacos en 77 hospitales- advierte de que, en función de las comunidades,
de algunos fármacos hasta la primera prescripción oscila entre los 0 y 74 meses con una media de 24 meses.
Los fármacos analizados que más tiempo tardan en llegar a los pacientes son
nab-paclitaxel para el cáncer de mama (23 meses),
abiraterona y cabazitaxel para el de próstata (21 meses) e
ipilimumab para el melanoma (19 meses).
Garrido ha explicado que el motivo de estos retrasos no es homogéneo, como tampoco lo son los fármacos que más retraso acumulan, puesto que varía según las comunidades.
Así, en el caso del
ipilimumab los tiempos oscilan entre los 8 meses de Andalucía y los 27 de Asturias y en el caso del nab-paclitaxel
varía entre los 17 de Aragón y los 58 de Castilla y León.
No obstante, el informe destaca que la decisión última en relación al acceso a los fármacos sigue siendo hospitalaria en el 65% de los casos.
"Reclamamos que, habiendo un informe como es el Informe de Posicionamiento Terapéutico (IPT) no debería haber herramientas de evaluación detrás de estas que supongan un retraso en el tiempo y una restricción en las condiciones de aprobación", ha subrayado Garrido.
Ha añadido que
el problema no es solo el tiempo que se tarda desde que un fármaco se aprueba hasta que llega al paciente,
sino las condiciones en las que se aprueba "ya que muchas veces llega en condiciones más restrictivas" que las que marca el IPT.
Así,
el 37,8% de los participantes en el estudio detecta "barreras de acceso a los fármacos analizados" asociadas fundamentalmente a la presencia de un mayor número de comisiones de evaluación a distintos niveles y que son previas a la toma de decisión de los médicos.
Además, el 16,1% de las respuestas proporcionadas por los centros indica que algunos de esos 11 fármacos no han sido aprobados para su utilización en el centro o están pendientes de evaluación.
La SEOM, que ha trasladado los resultados de este estudio a las autoridades sanitarias,
advierte de que esta heterogeneidad en el acceso a los fármacos afecta directamente al paciente, cuya accesibilidad a determinados medicamentos depende de la comunidades y centro donde sea tratado, lo que afecta a las condiciones de asistencia.
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