Tercer Milenio

En colaboración con ITA

¿Por qué solo hay una máquina de estimulación magnética transcraneal profunda en España?

Se trata de tecnología israelí, que tiene la patente y la comercializa en condiciones "draconianas".

Fernando Sanjuán, con una paciente tratada con el sistema de estimulación magnética transcraneal profunda.
Fernando Sanjuán, con una paciente tratada con el sistema de estimulación magnética transcraneal profunda.

¿Por qué hay tan solo una máquina en España para tratar a los pacientes con este método de estimulacion magnética transcraneal profunda (EMTP)? Porque esta tecnología fue inventada por los investigadores israelíes Yiftah Roth y Abraham Zangen y ha sido desarrollada por la empresa pública israelí Brainsway LTD, que tiene la patente y lo comercializa con unas condiciones “draconianas”, según explica el neurólogo zaragozano Fernando Sanjuán.


En el año 2000, las autoridades israelíes, a sabiendas del extraordinario potencial que ofrecía el desarrollo de la ciencia, decidieron invertir en investigación 10.000 millones de dólares (8.900 millones de euros). El sistema de estimulación magnética transcraneal profunda es uno de los frutos de esa política inversora en I+D+i. Una vez realizados todos los ensayos clínicos, obtenido el visto bueno de la FDA (la Agencia del Medicamento estadounidense) y, posteriormente, de la Unión Europea, empezaron a comercializar el tratamiento en ambos continentes.


Pero Brainsway no vende los equipos, sino que los cede durante tres años y al cabo de ese tiempo los retira, explica Sanjuán. Cada año se pagan 110.000 euros, y a partir del segundo año la empresa también cobra una cuantía por sesión una vez superados los 40 pacientes.


El neurólogo zaragozano explica que en cuanto supo que la FDA estadounidense había dado todas las bendiciones al tratamiento con estimulación magnética transcraneal profunda de Brainsway, en marzo de 2013, se puso en contacto con los investigadores israelíes que habían desarrollado la técnica, quienes le invitaron a acudir al Congreso Internacional de Psiquiatría en Las Vegas. Sanjuán no pudo asistir entonces, pero unas semanas después visitó la fábrica de Brainsway en Israel, donde durante ocho días conoció de primera mano el funcionamiento del sistema por boca de los ingenieros que habían desarrollado la técnica, así como de los neurocirujanos y el resto de personal que había participado activamente en el nacimiento del esperanzador tratamiento.


Fernando Sanjuán cuenta que se decidió a adquirir la máquina porque Brainsway le ofreció unas condiciones ventajosas, como pagar 60.000 euros por año y que la cesión del equipo sea de cinco años en vez de tres, lo que le permite rebajar los precios de las sesiones. Así, si en Estados Unidos se cobra unos 300 euros por sesión, en su Unidad de Neuromodulación cuesta 150 euros, incluida la primera de dos horas de duración. Un tratamiento completo, teniendo en cuenta que son 20 sesiones en cuatro semanas y una consulta cada 15 días durante tres meses, puede suponer un desembolso de unos 3.900 euros.


Sanjuán, que inició su formación en la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza y habla con verdadera pasión de la neurocirugía, asegura que no le mueve el afán de lucro, sino el deseo de poner al servicio de los pacientes una tecnología que de otra manera sería inaccesible en España. De hecho, considera “lamentable” que este tratamiento no se proporcione a través del sistema sanitario público. Pone el ejemplo de Francia, uno de los últimos países donde se han instalado diversas máquinas: allí se le reembolsan al paciente 77 euros por sesión. Y destaca que, además de en la Marina estadounidense, en las principales universidades de Estados Unidos ya hay instalados equipos de estimulación magnética transcraneal profunda.

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