Cuatro beneficios de tomar un desayuno saludable a diario

No desayunar reduce el rendimiento y nos lleva a consumir alimentos más calóricos el resto del día.

El tiempo empleado en desayunar y el tiempo dedicado a ello influye en nuestro modo de enfrentar el día.
Los expertos insisten en la importancia de realizar un desayuno saludable a diario.

Realizar un desayuno saludable todas las mañanas ayuda a mantener el equilibrio nutricional a lo largo del día, además de prevenir el riesgo de sufrir problemas de obesidad y sobrepeso. Lo avalan numerosos estudios nutricionales realizados hasta la fecha y, por ello, los expertos insisten en la importancia de cuidar esta comida. 


"No desayunar reduce el rendimiento y la concentración, y además nos mueve a comer alimentos poco saludables durante el resto del día", advierte un equipo de médicos y nutricionistas del Grupo NC Salud, empresa especializada en el asesoramiento dietético en las farmacias.


Para concienciar a la población sobre la importancia de escoger bien los alimentos que ingerimos todas las mañanas y cuidar el tiempo que le dedicamos a esta comida, este equipo de dietistas y nutricionistas recoge en un comunicado los principales beneficios que reporta el realizar un desayuno saludable a diario:


1. Ayuda a conservar la masa muscular. "Con la edad -explican los nutricionistas- tendemos a perder masa muscular (sarcopenia), lo que conlleva complicaciones óseas y articulares, un menor gasto calórico y el aumento de la grasa corporal". En este sentido, los expertos insisten en que empezar el día con un buen desayuno es esencial para el cuidado de la musculatura, ya que de esta forma "dotamos al músculo de energía desde primeras horas del día", algo especialmente necesario en el caso de las personas que practican deporte o realizan cualquier tipo de actividad física a lo largo del día. "Si la práctica de ejercicio no se combina con una alimentación adecuada, puede provocar pérdida de tejido muscular, con todas sus consecuencias, y afectar al rendimiento", advierten los nutricionistas.


2. Mantiene activo nuestro metabolismo, evitando la acumulación de grasas. Rompiendo con los falsos mitos que apuntan a que no desayunar ayuda a perder peso de forma más rápida, los nutricionistas recalcan que el ayuno provoca que nuestro cuerpo entre en el llamado 'modo ahorro' y comience a acumular calorías ante la situación de escasez de nutrientes.


3. Favorece el comer sano el resto del día. "El hecho de no desayunar se asocia a una mayor ingesta de calorías, pues llegamos a la próxima comida con más hambre, lo que provocará realizar una elección menos saludable de los alimentos y comer de forma más compulsiva", alertan los expertos. Por esta razón, los nutricionistas hacen hincapié en la importancia de ver el desayuno como un "aliado saciante" en nuestra rutina alimentaria. "Hace un desayuno saludable a diario es una de las mejores herramientas para gestionar de forma sana nuestro apetito el resto del día", destacan.


4. Mejora el rendimiento y la concentración. De hecho, según alertan los expertos, omitir esta comida tiene una serie de repercusiones negativas para el organismo. "No desayunar hace que nuestros niveles de glucosa en sangre descienden (hipoglucemia)", explican. Y, ante esta situación, el organismo busca fuentes de energía alternativas que conducen a una situación de cetosis, un estado metabólico que viene acompañado de síntomas como el dolor de cabeza, los mareos o la debilidad.


Para evitarlo, los expertos recomiendan dedicar a esta comida entre 15 y 30 minutos cada día y saber escoger los alimentos adecuados que compongan nuestros desayunos diarios


"Lo importante -indica Marta Gámez- es ser consciente de que la bollería industrial no es una elección saludable para nuestro desayuno diario, pero sí lo son, y se recomiendan, alimentos como la fruta, el yogur, la leche o las bebidas vegetales". Otras opciones que sugieren los nutricionistas para esta comida son el pan de semillas, el tomate natural, el queso fresco o fiambre de pechuga de pavo.


Así, precisan: "Un desayuno estándar completo sería aquel que incluye una fuente de hidratos de carbono de asimilación lenta (muesli, pan de semillas integral, avena), fruta (preferible la pieza de fruta ante el zumo), y una fuente de proteínas bajas en grasas (pechuga de pavo, queso fresco o yogur).


La variedad es otra de las claves para que esta comida no resulte 'tediosa' al cabo de los días y, en consecuencia, acabe siendo suprimida. "Uno de los pilares básicos de la alimentación saludable es la variedad. Cuantos más alimentos distintos consumamos, más variedad de nutrientes estaremos ingiriendo y más reducimos, por tanto, el riesgo de carencias nutricionales", indica esta dietista, quien recomienda idear diferentes propuestas una vez por semana, para no aburrirnos y prescindir de esta comida. 


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