"La adicción no la causan las drogas sino el aislamiento"

"La adicción es causada por una sensación de desconexión en el adicto. No son las drogas, es su jaula", afirma el periodista Johann Hari, tras su último ensayo sobre la guerra contra la drogadicción.

La Policía Local de Zaragoza fue pionera en España en la implantación de las pruebas de droga.
La Policía Local de Zaragoza fue pionera en España en la implantación de las pruebas de droga.
Oliver Duch

El periodista británico Johann Hari, que evoca los primeros 100 años de la guerra contra la drogadicción en su último ensayo, 'Tras el grito', considera que "la adicción "no es causada por las drogas mismas, sino por la sensación de aislamiento y desconexión del adicto".


Han pasado cien años desde que las drogas se prohibieran por primera vez en Estados Unidos, y poco antes de ese centenario Johann Hari se embarcó en un viaje épico de tres años de duración en el que recorrió cerca de 50.000 kilómetros para desvelar los secretos de la guerra contra las drogas, que ha recogido en 'Tras el grito' (Paidós).


En una entrevista, Hari señala que ha podido constatar que "existe una disparidad asombrosa entre lo que nos han transmitido y lo que en realidad sucede en relación con la lucha contra las drogas".


El psicólogo Bruce Alexander comentó a Hari en Vancouver que "la teoría de la adicción que damos por sentada proviene de una serie de experimentos que se hicieron en el siglo XX con una rata en una jaula con dos botellas de agua, una de ellas mezclada con heroína o cocaína. La rata casi siempre prefería el agua drogada, y casi siempre moría por sobredosis con bastante rapidez".


Sin embargo, relata Hari, Alexander reformuló el experimento en la década de 1970 y construyó "una jaula muy diferente, que bautizó como 'rat park', una especie de paraíso para ratas en el que disponía de buena comida, bolas de colores y un montón de ratas amigas con las que podía practicar mucho sexo, así como las dos botellas".


Lo sorprendente, comenta Hari, es que en este 'rat park' "a las ratas no les gustaba el agua drogada, que casi no utilizaban, ninguna bebía compulsivamente ni jamás hubo una sobredosis".


El autor da a conocer muchos ejemplos e historias humanas que siguen los mismos esquemas de 'rat park', que "dan una nueva luz acerca de la verdadera naturaleza de la adicción".


Según Hari, "la adicción no es causada por las propias drogas, por su química, sino por una sensación de aislamiento y desconexión en el adicto. No son las drogas, es su jaula".


Hari inició esta investigación a raíz de su propia experiencia personal: "En uno de mis primeros recuerdos me veo intentando despertar a uno de mis familiares de un colocón sin ningún éxito, y desde entonces, y aunque parezca extraño, no he dejado de atraer a drogadictos a mi vida y de intentar que se recuperen de su adicción", confiesa.


En el libro, Hari trata de buscar respuestas a preguntas muy básicas como "¿por qué fueron las drogas prohibidas?, ¿por qué continúa esta guerra, cuando muchos de nosotros pensamos que no funciona? ¿qué impulsa al consumo de drogas y la adicción? y ¿cuáles son las alternativas?".


Hari pone en entredicho la idea comúnmente aceptada de que la causa de la drogadicción está en los productos químicos de los estupefacientes.


"Si te atropella un coche y te rompes la cadera, en el hospital te suministrarán diamorfina, que no es mucho más fuerte que la heroína que los adictos compran en las calles, y sin embargo ese accidentado no se ha convertido en drogodependiente".


En su ensayo, Hari identifica el inicio de la guerra contra las drogas con Harry Anslinger: "Lejos de lo que hubiéramos podido suponer, esa guerra no empezó con Nixon en la década de 1970 ni tampoco en la época del presidente Reagan en los años 80, sino mucho antes, en los años 30, de la mano de Anslinger".


Tras consultar los propios papeles, cartas y documentos de Anslinger, que se conservan en la Penn State University, Hari descubre a los tres personajes que serían algo así como el "monte Rushmore" de la guerra contra las drogas: además del propio Anslinger, el gángster Arnold Rothstein y la malograda Billie Holiday.


Según explica Hari, "Billie Holiday es la muestra de que la guerra contra las drogas se hizo por motivos políticos e ideológicos, no por una cuestión de salud pública, hasta el punto de que los colaboradores de Anslinger se ensañaron con la cantante de jazz, la sometieron a torturas psicológicas".


Para Anslinger, continúa el autor, "la guerra contra las drogas era una manera de atacar a los afroamericanos y otras minorías étnicas y mantenerlos sometidos" y, de hecho, cuando el propio Anslinger descubrió que una estrella blanca, Judy Garland, también era adicta a la heroína, "le aconsejó tomar unas vacaciones largas y aseguró a los estudios de cine que ella iba a estar bien".


Una de las alternativas que plantea Hari es la despenalización de las drogas como hizo Portugal en 2000: "Han pasado casi 15 años, y los resultados son que el consumo de drogas se ha reducido en un 50%, cada estudio muestra que la adicción en general se ha reducido, la transmisión del VIH entre los adictos ha caído, y las sobredosis también han descendido".


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