Los glóbulos blancos "escanean" el torrente sanguíneo para provocar daño cardiovascular

Este estudio tiene implicaciones que pueden ser inmediatas para entender cómo se originan los accidentes cardiovasculares más prevalentes.

Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) han descubierto que un subtipo de glóbulos blancos llevan a cabo un procedimiento de "escaneo" dentro de los vasos sanguíneos que desencadena múltiples tipos de accidentes cardiovasculares, incluyendo algunos tan comunes como el ictus.


En el estudio, cuyos resultados publica la revista 'Science', han participado varios grupos en Alemania, Estados Unidos y Japón con los que han logrado detectar un sorprendente mecanismo que explica cómo los neutrófilos y plaquetas, dos marcadores que permiten predecir la probabilidad de sufrir un ictus o un infarto, cooperan para iniciar accidentes cardiovasculares.


Para ello, el equipo liderado por Andrés Hidalgo, investigador del Departamento de Aterosclerosis, Imagen y Epidemiología del CNIC, miraron directamente dentro de los vasos sanguíneos de tejidos vivos con técnicas avanzadas de microscopia, que permiten ver neutrófilos y plaquetas individuales durante el proceso inflamatorio.


La primera sorpresa que se llevaron, según han reconocido los investigadores, fue que los neutrófilos que se pegan al vaso inflamado extienden una especie de brazo o protrusión celular hacia el interior del vaso en la que se concentra una proteína altamente adhesiva.


Asimismo, vieron que algunas de las plaquetas de la sangre se pegaban a la proteína presente en esta protrusión. No obstante, solo las plaquetas que estaban activadas (uno de estos marcadores predictivos de accidentes cardiovasculares) se adherían a esta estructura, que es también capaz de mandar señales al neutrófilo para que inicie una respuesta inflamatoria. Una respuesta que es, en último término, la responsable del daño vascular.

Estudio en ratones

Para investigar cómo este proceso puede subyacer a los accidentes vasculares referidos anteriormente, los investigadores indujeron ictus, choque séptico o daño pulmonar agudo en ratones en los que la proteína adhesiva estaba ausente o se había bloqueado, y se encontraron con que en todos ellos el grado de daño a los tejidos afectados (cerebro, hígado o pulmón) estaba significativamente reducido comparado con animales no tratados.


El trabajo explica antiguas observaciones clínicas y tiene implicaciones que pueden ser inmediatas para entender cómo se originan muchos de los tipos de accidentes cardiovasculares más prevalentes, según los autores.


Del mismo modo, también ilustra cómo el uso de técnicas de última generación ayuda a descubrir la elegancia de procesos biológicos previamente desconocidos y que ahora pueden ser manipulados para prevenir o tratar enfermedades que, de otra manera, pueden ser devastadoras para la salud humana.


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