Impuestos a bebidas azucaradas para frenar la obesidad

Así lo ha defendido este miércoles el catedrático Guillem López Casasnovas en el III Congreso Mundial de Nutrición y Salud Pública.

Las bebidas energéticas no aportan más energía de la que hay en los refrescos
Impuestos a bebidas azucaradas para frenar la obesidad
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Establecer un impuesto sobre las bebidas que contengan azúcar añadido y en exceso puede ayudar a luchar contra la obesidad y es una vía factible de obtener financiación para sufragar el gasto que esta epidemia mundial genera a los sistemas públicos de salud.


Ésta ha sido la tesis que ha defendido este miércoles en el III Congreso Mundial de Nutrición y Salud Pública el catedrático de Economía de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona Guillem López Casasnovas, durante su intervención en la mesa redonda 'Gravar los alimentos como medida de salud pública'.


López Casasnovas ha defendido que "los impuestos pueden cambiar estilos de vida", como las ingestas que generan obesidad, uno de los hábitos que más preocupan.


Este experto en economía de la salud cree complicado hacer operativo en España un impuesto a las grasas saturadas, porque obligaría a grabar las patatas y las nueces, entre otros alimentos, pero sí cree que hay una "ventana de oportunidad para gravar las sodas con azúcar añadida", que carecen de valor nutricional.


Sobre la experiencia danesa de gravar las grasas saturadas, López Casasnovas ha manifestado que cuando se impone un impuesto a la carne, quedan muchos sustitutos, pero son caros.


En cambio, existe un sustituto natural y gratis a las sodas hipercalóricas: el agua, de ahí que, al gravarlas, se pueda "hacer el favor de su vida" a las rentas bajas, que son las más sensibles a los incrementos de precio por el lado de los impuestos y las que concentran los mayores índices de obesidad.


"Les haces un hueco en su presupuesto para que gasten en otras ingestas más saludables", ha referido.


Aunque ha admitido que existe una "insuficiente evidencia de los efectos" positivos de esta medida fiscal y que, en cualquier caso, se verían a medio y largo plazo, López Casasnovas ha apostado por dar una oportunidad a este impuesto, "especialmente si la recaudación se invierte en programas saludables, en políticas de nutrición y en incentivos a los productores para que cambien sus tecnologías en favor" de los artículos "diet".


De esta forma, la industria, reacia a esta iniciativa, podría mantener su negocio con ventas procedentes de los productos sin azúcar.


López Casasnovas ha recordado que Cataluña estuvo "en un tris" de poner este impuesto, que incluso se discutió en el proyecto presupuestario del año pasado, una medida que, sin embargo, no se llegó a materializar por el rechazo de grupos de presión. 


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