Convertir la grasa blanca en marrón, la mejor baza para combatir la obesidad

Esta es ahora una de las prioridades de los investigadores y compañías farmacéuticas que estudian cómo eliminar el exceso de grasa.

Imagen de una persona obesa
Convertir la grasa blanca en marrón, la mejor baza para combatir la obesidad
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El término grasa no siempre es sinónimo de obesidad porque, de hecho, hay un tipo de grasa -la marrón o parda- que no solo no contribuye a la obesidad, sino que puede ser beneficiosa en la lucha contra esta epidemia del siglo XXI.


Convertir la grasa blanca en marrón es, por tanto, la mayor prioridad de los investigadores y de las compañías farmacéuticas que estudian cómo eliminar el exceso de grasa que consumimos.


Durante la cuarta edición de la CNIC Conference que se celebra este viernes y este sábado en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), se han puesto de manifiesto los últimos avances en torno a la grasa marrón y al papel que algunas hormonas pueden jugar también en la lucha contra la obesidad, una enfermedad metabólica muy vinculada a las patologías cardiovasculares.


La reunión está siendo coordinada por el investigador de la Universidad de Cambridge Toni Vidal-Puig y por las investigadoras del CNIC Mercedes Ricote y Guadalupe Sabio.

Todos ellos han explicado que, aunque "desde hace tiempo" se conoce el efecto positivo sobre el gasto energético y el metabolismo, "no se sabía que la grasa marrón podría ser útil en el humano adulto".


Hasta hace poco se pensaba que este tipo de grasa (presente en los bebés) desaparecía en los adultos pero, en 2007, se observó que también está activa en los adultos, un hallazgo que ha servido de acicate a los científicos para buscar una solución clínica frente a la obesidad.


"Estudios en animales han demostrado que, al eliminar energía en forma de calor, este tejido podría llegar a ser beneficioso para reducir la obesidad, ya que ayuda a eliminar grandes cantidades de glucosa", comentan los expertos.


Las compañías farmacéuticas están invirtiendo en la investigación para desarrollar un método para convertir la grasa blanca en grasa marrón, lo que da una idea del potencial de esta vía terapéutica.


"Sería una forma de eliminar el exceso de energía que consumimos", añaden los organizadores de la reunión científica.

Junto a la grasa parda, los expertos de la CNIC Conference también han analizado la homeostasis o equilibrio energético, un proceso fundamental en la lucha contra la obesidad que tiene lugar "cuando hay un exceso de balance energético porque se come de más o se gasta de menos".


La calidad del tejido adiposo blanco influye en el efecto de la obesidad en la salud.


Otro factor influyente son las bacterias intestinales: "La ingesta es transformada por las bacterias intestinales en sustancias que pueden ser mejores o peores dependiendo precisamente del tipo de bacterias que poseamos", comentan.


Por eso, modificaciones de la flora bacteriana han podido ayudar a reducir la obesidad en modelos animales, por lo que se trata de un campo "que está siendo ampliamente estudiado en la actualidad".


De hecho, los investigadores consideran que, en un futuro próximo, se podrán identificar bacterias "que puedan ayudar a la hora de reducir la capacidad digestiva de los individuos", una aproximación que, junto a la activación de la grasa blanca para que se convierta en parada y pueda eliminar energía, constituyen las dos principales vías actuales en la lucha contra la obesidad.


Y es que, como recuerda el doctor Vidal-Puig, "la obesidad parece simple pero es una de las patologías más difíciles de tratar". 


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