Los problemas de suministro que afectan a 170 medicamentos en España han provocado que los enfermos y familiares adopten medidas alternativas para paliar la falta de un fármaco en las farmacias. "Tenemos constancia de que hay pacientes que se están yendo a Andorra y a otros lugares para comprar algunos medicamentos que no hay aquí en España", denuncia Tomás Mainar, presidente del Foro Aragonés del Paciente, para quien el desabastecimiento de medicamentos es ya un "problema recurrente que llevamos mucho tiempo sufriendo y con el que no se puede jugar". 

Varios farmacéuticos de Andorra han confirmado a Heraldo.es la demanda que existe procedente de Aragón y otras Comunidades respecto a diversos fármacos desabastecidos en España. Ocurre, por ejemplo, con el Deanxit. "Si el producto es español y no tiene equivalente, aquí tampoco lo tenemos, pero en concreto este fármaco lo traemos de Alemania. Me cuesta conseguirlo tres semanas y necesito una receta médica previa que recibo bien por e-mail o por fax", indican desde la farmacia andorrana Roser Miró.

Costes adicionales que no todos pueden pagar

La caja de cien comprimidos cuesta 30,85 -con cargo al cliente-, mientras que en las farmacias aragonesas -según señalan- la caja de 30 comprimidos (que permanece desabastecida desde el pasado mes de diciembre) cuesta 5,98 euros. Los farmacéuticos andorranos subrayan que no dispensan este fármaco sin una receta médica previa -la mayoría llegan por consulta médica privada-. "Nosotros traemos el fármaco de Alemania o de Inglaterra y lo hacemos llegar al domicilio, pero es el médico que trata al paciente el que prescribe", puntualizan. El envío a domicilio tiene un coste de 15 euros y, según indican, la receta puede entregarse en persona o enviarse por e-mail o por fax.

"Llevamos recibiendo llamadas de pacientes desde el primer mes de no ver ese fármaco en España. De primeras les recomendamos que al no encontrarlo en su ciudad, se dirijan a su médico para que les cambie de fármaco, pero no siempre es posible", añaden desde la farmacia andorrana De Loria.

Por su parte, fuentes del Colegio de Farmacéuticos de Zaragoza aseguran que en caso de producirse alguna laguna terapéutica en las farmacias aragonesas se soluciona bien a través del servicio de medicamentos extranjeros o mediante la elaboración de fórmulas magistrales. La otra opción es que se sustituya el fármaco desabastecido por otro de características similares. "Aquí cambiamos la marca por un genérico todos los días porque faltan muchos medicamentos", reconoce Carlos Lacadena, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Huesca.

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Según señala, este desplazamiento a Andorra se extendió en su momento con la vacuna de la varicela (Varivax), cuando muchos pacientes la pedían a las farmacias andorranas y estas la mandaban por correo. "Andorra es un país independiente y tiene medicación española, francesa, alemana, inglesa… cuentan con fármacos de diversas zonas del mundo. El problema es que si recurro a ellos en vez de costarme tres euros me costará 18 y habrá quién no pueda pagarlo ", manifiesta.

De esta forma, varios particulares aragoneses consultados denuncian que existen boticas andorranas que "están haciendo su agosto" y critican que "se están uniendo con médicos de consultas privadas de Zaragoza y Lérida" desde que comenzaran los problemas de desabastecimiento en España.

Compra de medicamentos a través de Internet

Para el sindicato médico CSIF-Aragón otro de los problemas que preocupan derivados de esta falta de suministro es la "proliferación de la compra de medicamentos a través de internet y de las parafarmacias", con los riesgos que esto conlleva en la práctica.

"Andorra siempre ha sido un lugar donde se iba a comprar fármacos que no estaban en España, pero ahora con las nuevas tecnologías se ha extendido muchísimo la venta por internet", explica Evangelino Navarro. El más famoso de todos ellos fue el Viagra e igual que ha pasado con este está pasando ahora con otros, reconocen las mismas fuentes.

Por su parte, los Colegios de Farmacéuticos de la Comunidad insisten en que se está trabajando con formulación magistral desde el principio para que no le falte un fármaco al paciente. "La DGA entendió que si no había un medicamento, lo que no le puedes decir al enfermo es que no tiene tratamiento. Ese tratamiento existe y se podrá fabricar manualmente si la industria no quiere hacerlos porque no les compensan los precios que les están poniendo", concluye el farmacéutico oscense Carlos Lacadena, quien subraya, no obstante, que esta forma al final sale siempre más "cara". 

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