¿Se imagina pedalear encima de una bicicleta mientras le recitan frases de autoayuda o mensajes de Paulo Coelho?

El llamado 'SoulCycle', o "ciclismo para el alma", es el último grito de moda en los gimnasios de Nueva York y Manhattan. Una práctica deportiva que combina el ejercicio físico encima de una bicicleta con la terapia psicológica que corre a cargo de diferentes instructores.

Esta marca registrada que cuenta con miles de aficionados en EE.UU. encuentra aquí en España otras versiones similares de diferentes escuelas que adaptan esta técnica para hacerla "universal, eficaz y segura".

"En Zaragoza, hacemos un 'ciclo indoor' que busca mucho las emociones por medio de la música, pero en Estados Unidos están haciendo cosas bastante dañinas", puntualiza Yuri Lambea, un instructor de la capital aragonesa que se formó en la escuela de fitness Schwinn.

Famosos de la talla de la modelo Adriana Ambrosio, la familia Beckham, Lady Gaga o Katy Perry se han sumado ya a esta actividad física y emocional para quemar calorías y dejar a un lado las angustias.

Adaptado a la "española"

Al ritmo de la música, los instructores americanos guían cada sesión -que ronda los 50 euros- y cada cliente reserva previamente su bicicleta para realizar la actividad. Un modelo de negocio que, según indican, no sería posible en España ni con esos precios ni con la mismas técnicas. "En nuestras salas tenemos un porcentaje elevado de parados y gente que va a los gimnasios a dejar todos los problemas que tiene encima. Por eso, hay que encontrar el equilibrio para entrenar a la gente y saber divertir y emocionar a un precio racional", advierte Yuri.

En combinación con la terapia emocional al ritmo de la música, la corriente americana, sin embargo, emplea ejercicios que para los profesionales consultados resultan cuanto menos "controvertidos", como el hecho de hacer flexiones encima de la bici, bloquear la cadera a la vez que se pedalea o usar una cadencia (velocidad de pedalada) tan elevada que no resulta saludable.

"Hay informes médicos que hablan de cadencias que pueden acarrear lesiones. Nuestros ritmos de pedaladas están bajando, hacer flexiones encima de la bicicleta se ha eliminado y bloquear la cadera encima de la bici se ha demostrado que es malo", detalla Ernesto Pastor, de la escuela Best Cycling. A juicio de este instructor, la técnica americana del Soul Cycling se basa en un entrenamiento de Johnny H. que no se ha actualizado. "Allí les funciona porque no hay otras alternativas, pero no es el mismo concepto que tenemos en España", subraya.

Una actividad para "enriquecer el alma"

La escuela estatal Best Cycling, con sede en Valencia, tiene en la actualidad el récord guiness de gente que practica esta disciplina al aire libre. En esta corriente, la música es tan importante como el entrenamiento. "No somos ni filósofos ni poetas. Los silencios también son importantes y la música a veces habla por sí sola, pero si podemos arrancar alguna lágrima mejor", señala Yuri, para quien el ciclo indoor -sin necesidad de hacer "burradas" ni convertirse en predicadores- es una actividad que enriquece enormemente el alma porque la música "te hace sentir muchísimas cosas". 

Una opinión que también comparte Ernesto Pastor. "Nos basamos mucho en el nivel emocional para llegar a la gente con la música y la comunicación y hemos conseguido hacer llorar a cientos de personas encima de una bicicleta o que más de 1.300 ciudadanos pedaleen con nosotros a 30º al sol", confiesa. 

De esta forma, por medio de la actividad física se consigue también que la persona llegue a un "estado mental de relajación", consiguiendo que se impliquen más en el trabajo.

"Enseñamos a la gente a distinguir los colores de la música para hacer unos entrenamientos u otros, que sean capaces de llevar el esfuerzo al máximo o conseguir que sientan cosas distintas y que su nivel emocional baje", precisan.

Del 'Soul Cycling'... al 'Mind Body'

Con el llamado 'Soul Cycling' comparten una filosofía que aquí encuentra el nombre de 'Mind Body', pero siendo siempre fieles a un lema diferente: "Queremos que sea seguro, efectivo y universal, algo que todo el mundo pueda practicar", puntualizan desde Schiwnn, la primera escuela de ciclismo indoor a nivel internacional.

Para Jesús Gallego, enfermero e instructor de esta corriente en Zaragoza, no se trata de "quemar calorías más rápido haciendo locuras", sino de entrenar poniendo por delante el deporte y la salud. 

Así, en clases de entre 45-60 minutos se consigue trabajar esa parte emocional sobre los pedales de una bicicleta. "Al final es un ejercicio aeróbico más al ritmo de la música donde intentamos que la gente se divierta y se olvide de sus problemas", resalta. 

Y en estas clases grupales los objetivos siguen siendo individuales, de forma que no solo gente preparada o en forma se atreva a subirse a los pedales. "Mi mejor alumna se llamaba Felicia, tenía 80 años y hacía su clase adaptada a lo que ella podía todos los días al lado de gente que se preparaba una quebrantahuesos", concluye orgulloso Jesús. 

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