"Catastrófico". Así calificó el Banco Mundial el impacto económico que el ébola puede ocasionar en Sierra Leona, Guinea y Liberia. Estos tres países de África Occidental conforman el epicentro de una epidemia que puede provocar pérdidas de hasta 620 millones de euros en 2015. "Si el virus continúa propagándose en los tres países más duramente afectados su impacto económico podría multiplicarse por ocho, causando un daño catastrófico a unos Estados ya previamente frágiles", indica la institución en un informe, presentado ayer, que señala además el elevado riesgo de una crisis alimentaria.

Según los cálculos del organismo internacional, si no se contiene la epidemia el PIB acumulado de Liberia, Guinea y Sierra Leona podría verse recortado en 280 millones de euros en 2014 y hasta 620 millones en 2015. En este alarmante escenario el crecimiento económico caería a corto plazo un 3,4% en Liberia, un 3,3% en Sierra Leona y un 2,1% en Guinea. En 2015 el descenso del crecimiento aumentaría 11,7 puntos porcentuales en Liberia y 8,9 en Sierra Leona, con el riesgo de conducir a ambos países a la recesión.

"El impacto económico más importante de la crisis no procede de sus costes directos, sino de una reacción de pánico, alimentada por el miedo al contagio", indica el Banco Mundial. "El factor miedo ya ha sido responsable de la casi totalidad de las pérdidas económicas derivadas de precedentes epidemias mundiales", subraya la institución, que reclama una respuesta mundial y nacional inmediata y hace un llamamiento a la comunidad internacional para "movilizar varios miles de millones de dólares para contener la epidemia", que ya ha afectado a más de 5.000 personas y ha ocasionado la muerte de otras 2.460, según el último informe de la OMS.

La Unión Europea ya ha respondido al llamamiento y promete 78 millones de euros adicionales para luchar contra el ébola en África Occidental, según anunció ayer la comisaria europea de Ayuda Humanitaria, Kirstalina Georgieva. Una contribución que se suma a los 150 millones de euros que la Comisión Europea puso el pasado martes a disposición de los países afectados.

Españoles sobre el terreno

Mientras tanto, en el epicentro de la enfermedad, los voluntarios continúan luchando día a día. Entre las infraestructuras establecidas en la zona cero destaca el Centro de Tratamiento del ébola que Cruz Roja ha construido en Sierra Leona y que ya se encuentra en funcionamiento. Situado a unos 20 kilómetros de la ciudad de Kenema, el recinto cuenta con 10.000 metros cuadrados y una capacidad para atender a 60 pacientes. El pasado sábado llegaron al centro sanitario los primeros enfermos, cinco personas procedentes de otros hospitales de Kenema y Freetown, la capital del país. 

La misión internacional de Cruz Roja en el país cuenta actualmente con unos 80 trabajadores locales y 30 expatriados, entre los que se encuentran siete delegados de Cruz Roja Española. El trabajo de la unidad se centra en el tratamiento de los enfermos, las actividades de educación, sensibilización y reinserción y el tratamiento de los cadáveres para evitar nuevos contagios. 

Lucía Benavent formaba parte del equipo de doce delegados que Cruz Roja Española desplegó en la zona hace ya más de un mes. Ahora, tras su regreso a España el pasado lunes, incide especialmente en la importancia de eliminar el estigma que supone la enfermedad en África Occidental, y que provoca el rechazo generalizado a acudir a los centros sanitarios al detectar los primeros síntomas de la enfermedad, lo que dificulta el tratamiento. 

"El miedo que se percibe en el paciente cuando se le comunica que debe ingresar en un centro de aislamiento es una de las cosas que más me ha impactado. Tienen la sensación de que se les está sentenciando", explicó Benavent, que destaca "la relativa normalidad con la que se vive el día a día en Sierra Leona a pesar del temor al contagio".

Volver al suplemento de salud.