El brote de ébola en Liberia es peor de lo previsto

El director de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades ha visitado las zonas afectadas.

Una mujer liberiana de la Red de Mujeres informa sobre el virus del ébola en un campamento en Monrovia.
El brote de ébola en Liberia es peor de lo previsto
Efe

El brote de ébola en Liberia es "aún peor de lo que se temía", según afirmó hoy el director de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC,siglas en inglés), Thomas Frieden, que se encuentra en la zona para evaluar la situación.


"Esto es una emergencia total. Nunca hemos visto nada a esta escala con el ébola antes, y desafortunadamente esta situación va a empeorar antes de que mejore", indicó hoy en una entrevista telefónica a la estación de radio WSB Frieden.


"Aún no hemos dado la vuelta. El brote va por delante de nosotros", señaló el funcionario.

Frieden destacó la necesidad de que Liberia establezca centros de tratamiento de ébola en todo el país para poder tratar adecuadamente a los pacientes y que tengan más posibilidades de sobrevivir a la enfermedad.


"Hemos visto pacientes con ébola que no tienen adónde ir y vemos un aumento en el número de cadáveres dejados en las calles. Debe crearse un sistema para recoger e incinerar los cuerpos", señaló el director de la agencia federal con sede en Atlanta.


El funcionario advirtió que el avance del virulento brote no representa sólo un peligro para la región de África que hasta ahora se ha visto más afectada. "Esto no es solo un riesgo para Liberia y África Occidental. Con este tipo de transmisión, cada día que pasa, aumenta el riesgo de que se propague a otros países de la región", señaló.


Abraham Borbor, uno de los tres médicos liberianos que desde la semana pasada eran tratados con las últimas dosis del suero experimental ZMapp, murió hoy en Monrovia.

Los dos misioneros estadounidenses tratados con el suero fueron dados de alta de un hospital de Atlanta la pasada semana, luego de que los médicos determinaran que ya estaban curados y no representaban un peligro para la comunidad o sus familias.


Hasta ahora han muerto 1.427 personas en Liberia, Guinea, Sierra Leona y Nigeria, de acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS)


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