No es que la infección por hongos se produzca solo en verano, sino que el riesgo de contagio es mayor en esta época del año y es cuando aumenta el número de brotes. La humedad y el calor favorecen que estos microbios se manifiesten y se reproduzcan con más facilidad en la piel. Así, la sudoración, sobre todo en las zonas del cuerpo donde se localizan pliegues, provoca el enrojecimiento cutáneo y la irritación. Estas circunstancias pueden ser detonantes de la aparición de los hongos. Quizá sus esporas han estado latentes en el cuerpo y es en la época estival cuando se desarrollan.

Lo mismo ocurre con los hongos en los pies, los más afectados por la humedad. Por un lado, están en contacto con las superficies de las duchas de las playas o piscinas, uno de los principales escenarios del contagio. Por otro, las altas temperaturas y un calzado cerrado pueden provocar que los pies suden en exceso. A esta infección se le conoce como pie de atleta y provoca la descamación de la piel y la aparición de ampollas, según explica desde su clínica podológica Carmen Moral. 

Para eliminar los hongos, es preciso aplicar unas cremas específicas antifúngicas y seguir una serie de pautas de comportamiento que eviten la reinfección. Por eso mismo, se insiste que para erradicarlo por completo hay que seguir el tratamiento hasta el final y tener en cuenta las indicaciones del especialista.

Diferente tratamiento exigen los hongos en las uñas. No producen picor hasta que afectan y van engrosando la uña, dejándola con un aspecto amarillo blanquecino y sensible al tacto. Para su eliminación, hoy por hoy existe un tratamiento láser revolucionario, que sustituye a los tópicos habituales.

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