Los medicamentos biológicos, obras de ingeniería genética de precios desorbitados

Los biofármacos para la artritis suponen un gasto de entre 6.000 y 13.000 euros al año por paciente. Los oncológicos, 4.000 euros al mes.

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Cada vez es más frecuente oír hablar del uso de medicamentos biológicos para tratar enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide o distintos tipos de cáncer. Aunque todos los medicamentos elaborados con materiales de origen biológico se consideran biofármacos (vacunas, insulinas?), son los anticuerpos monoclonales los que están diseñados para tratar enfermedades degenerativas y tumorales.


Los anticuerpos monoclonales son proteínas capaces de 'unirse' a otras proteínas del organismo que pueden estar favoreciendo el desarrollo de tumores o la respuesta inflamatoria característica de la artritis. Al unirse, bloquean sus funciones y ayudan a prevenir el crecimiento de tumores y los síntomas de otras enfermedades.


Al ser medicamentos obtenidos mediante ingeniería genética, tienen un coste elevadísimo y un importante impacto económico en las cuentas de la sanidad. De hecho, de entre los 10 medicamentos que supusieron un mayor gasto para el Servicio Aragonés de Salud en 2013, seis eran de este tipo de fármacos.


Entre 6.000 y 13.000 euros

Según los datos aportados por el departamento de Sanidad, entre 2.000 y 2.200 pacientes aragoneses utilizaron en 2013 los medicamentos biológicos para la artritis reumatoide (Adalimumab, Etanercept e Infliximab), fármacos que suponen un coste medio por persona y año de entre 6.000 y 13.000 euros dependiendo del producto, el peso del paciente y la enfermedad.


Estos medicamentos inhiben una proteína producida por las células del sistema inmune que estimula la reacción inflamatoria. Disminuyen por tanto los síntomas inflamatorios característicos de la enfermedad evitando grados mayores de dependencia del paciente.


4.000 euros al mes por paciente

Los oncológicos (Bevacizumab y Trastuzumab) son todavía más caros y suponen un gasto de entre 3.000 y 4.000 euros al mes por paciente. La duración del tratamiento es muy variable pero según los cálculos del departamento de Sanidad, el número medio de pacientes tratados con estos fármacos en Aragón es de entre 250 y 300 al mes


El Bevacizumab es más utilizado para tratar el cáncer de colón y el Trastuzumab el de mama, pero ambos acompañados de quimioterapia. El primero se une a la proteína responsable del crecimiento de los vasos sanguíneos y al bloquear su función, impide que al tumor le lleguen los nutrientes y el oxígeno que necesita para crecer. El segundo, inhibe otra proteína que estimula la proliferación de células cancerígenas.

'La infusión'

Dado el carácter proteico de estos medicamentos (se obtienen a partir de una proteína), no se pueden administrar por vía oral ya que la digestión destruye las proteínas, según explican desde Sanidad. Por eso, se administran por vía subcutánea o intravenosa. Los subcutáneos se pueden aplicar en casa, pero los intravenosos requieren acudir al hospital y conectarse durante una hora a lo que los pacientes llaman 'la infusión'.


Todos estos fármacos 'atacan' al propio cuerpo y provocan una disminución del número de células de la sangre, incluidos los glóbulos blancos y las plaquetas, por lo que aumenta el riesgo de infecciones y pueden provocar problemas de coagulación. Por eso, es necesario un control regular del paciente.


Volver a salir de casa

Isabel es una paciente aragonesa con Artritis reumatoide que, debido al fuerte avance su enfermedad, este año empezó a ser tratada con medicamentos biológicos. Los subcutáneos le daban alergia y por eso ha pasado a los intravenosos, que se le administran cada cuatro semanas -de momento- en la planta de Oncología y Hematología del Hospital Clínico Universitario de Zaragoza. "Una semana antes me hago unos análisis y luego el mismo día que me ponen 'la infusión', tres horas antes, me ve la reumatóloga y si está todo bien empiezo el tratamiento".


Aunque está asustada por las graves contraindicaciones que pueden tener estos medicamentos (enfermedades respiratorias e infecciosas), reconoce que apenas una semana después de la primera dosis empezó a respirar mejor. En el último año, la enfermedad le había atacado al 80% de las articulaciones del cuerpo y espera que los biológicos les permitan ser un poco menos dependiente y volver a salir de casa.


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