"El incentivo por recetar menos es una medida de coacción innecesaria"

Pacientes y sindicatos piden que se retire, pues prevén que "enturbiará" la relación médico-paciente. La DGA defiende esta medida de "ahorro" que "no castiga a nadie".

Una farmacia de Valdefierro
Una farmacia de Valdefierro, donde primero llegaron las e-recetas
GUILLERMO MESTRE

Negación y recelo. Son los dos sentimientos que predominan entre pacientes, sindicatos y facultativos aragoneses ante la decisión del Salud de otorgar un plus de hasta 12.000 euros a los médicos de familia que ayuden a ahorrar en recetas.  


El porqué de esta medida -afirman- no está "claro", pues muchos profesionales cuestionan que esta vaya encaminada a la recuperación del poder adquisitivo de los médicos o a la racionalización del uso de medicamentos. En palabras de Tomás Mainar, presidente del Foro Aragonés del Paciente: "Se trata de una medida de coacción innecesaria, absurda y fuera de lugar que generará ansiedad en la gente al pensar que estás malo y no te van a recetar". No obstante, a pesar de la incertidumbre que ha despertado el conocimiento de esta, desde el Foro aragonés aseguran que se sienten "tranquilos" porque "sabemos que los profesionales no caerán en esa trampa".


Tampoco los facultativos consultados se muestran en conformidad con el cumplimiento de este pacto de farmacia, pues temen que sus pacientes recelen y pierdan la confianza depositada en ellos. "Si a partir de ahora discutimos por un criterio de ahorro, el paciente pensará: 'Ese canalla no me receta porque así ganará más dinero'. Nos parece un comportamiento indecente", critica, por su parte, Lorenzo Arracó, secretario autonómico de Cemsatse.


"Pérdida de calidad en el ámbito rural"

A los profesionales del sector les preocupa también que no se hayan tenido en cuenta factores como el envejecimiento, la dispersión poblacional o el número de residencias adscritas que tiene cada médico, motivo por el cual los sindicatos denuncian que el documento sobre incentivos y retribuciones "debería haberse pactado" con ellos. "El médico de Atención Primaria tiene una serie de connotaciones dentro de las cartillas que dependiendo del ámbito geográfico se comportan de una forma u otra. No es lo mismo un facultativo de Valdespartera, que uno del Portillo", puntualizan desde el CSIF. Lo mismo sucede con la dispersión geográfica existente en el medio rural, que a su vez cuenta con una población muy envejecida. "Si detectamos que con esta medida el usuario deja de percibir la asistencia que hasta ahora tenía, automáticamente lo volveremos a denunciar. No vamos a permitir que el uso del Área Única pueda suponer una pérdida de calidad en el medio rural", defiende Evangelino Navarro, presidente autonómico de CSIF Aragón.


A juicio de los sindicatos médicos, las medidas encaminadas a premiar la buena praxis deben establecerse en función de otros criterios, como la calidad, la eficiencia o las cargas de trabajo. Criterios que supongan un aliciente para el personal sanitario, y por los que antes -dicen- se cobraban entre 800 y 1.200 euros al año -según resultados-. Sin embargo, al incentivar "a partir del ahorro", aflora la icertidumbre y la desconfianza entre las partes. "La DGA ha decidido recortar unilateralmente haciendo lo que hemos dicho siempre que no hay que hacer: premiar desde el gasto, y no estamos dispuestos a consentir que esto sea malinterpretado por los pacientes", defiende Arracó.


También desde el CSIF han pedido que se retire esta medida de incentivación por receta, al considerar que "va en detrimento de los profesionales y del propio usuario" y aseguran que no es la respuesta adecuada para solucionar los problemas del sector.


"Hasta ahora había una filosofía del paciente que pensaba que cuantas más recetas tenía, mejor tratado estaba y va a ser difícil romper con esto", augura Evangelino Navarro, quien transmite a su vez un mensaje de "serenidad" para que "no cunda el pánico": "El enfermo va a seguir recibiendo el fármaco que necesita porque los médicos de atención primaria no van a descuidar la asistencia", subraya tajante. "No creemos que afecte al sistema porque no le va a hacer caso nadie, los pacientes son nuestra principal preocupación y no vamos a dejar que les afecte", reitera su compañero de profesión, Lorenzo Arracó.


"No recetar es perjudicial para todos"

La DGA, por su parte, defiende que se trata de una medida de "ahorro" dirigida fundamentalmente a los pacientes polimedicados. "El plan de farmacia no es una cosa nueva y lo único que hemos hecho es sumarle más cuantía. No se castiga a nadie, se trata de premiar a los mejores", matizan desde el departamento de Sanidad, Bienestar Social y Familia.


También desde el Colegio de Médicos se muestran conformes con esta medida, dirigida a "prescribir mejor y no menos". "Únicamente se intenta crear ese espíritu de ahorro al abordar la cronicidad del paciente desde otro punto de vista: se están consumiendo muchos fármacos por una falta de vida saludable", explica, por su parte, Concepción Ferrer, presidenta de este colectivo. A juicio de la doctora, esos hábitos saludables llevan a una disminución del consumo en medicamentos. Por eso, aboga por fomentar la "buena praxis" sin reducir esta medida al "desafortunado binomio de premiar el recetar menos". "Ante unas consultas saturadas, hay que intentar establecer mecanismos que fomenten los hábitos de vida saludable y lleven a consumir menos fármacos. Sanidad quiere que haya menos pacientes crónicos que consuman menos no por el gasto, sino por la parte de toxicidad que tenemos que asumir", aclara.


Desde el Salud indican que al menos un 30% de los ingresos hospitalarios en Aragón se deben al mal uso de medicamentos, pero desde el punto de vista de los sindicatos "esto es solo una excusa para justificar un nuevo recorte médico".