Cien gracias

Por centenas se cuentan las veces que oí en casa ‘te lo he dicho cien veces’, ‘más vale pájaro en manos que ciento volando’ o ‘más vale llegar a tiempo que rondar cien años’. Cuántas tardes de infancia, tras el ‘Díez, cópielo cien veces’, habré mirado el avance del boli bic mientras escribía ‘quien bien te quiere te hará llorar’, ‘esta vida es un asquito’ o ‘Soria clara, Soria pura, cabeza de Extremadura…’.
Las cosas, a cientos, generan algo nuevo o transforman con su impronta: hay un eco de Machado en mis versos, me cuestiono las bondades aparentes de la vida y, para consolarme a mí mismo en lugar de a ellos, repito una vez más esa máxima mientras mis hijos me interpelan hipando. Me confirman de Hemeroteca que al levantar esta columna se completa un centiloquio de textos como éste, que son un centunvirato de ideas que centuplican el individual esfuerzo reflexivo y son tropa alineada en negras filas como centurias. ¿Qué mella habrá hecho en nosotros este roce reincidente, cuál será el fruto de este dialogante soliloquio, qué dirá de nosotros el conjunto de lo ya escrito y qué podría decirles desde la cima de este centésimo suelto?
Agradecido quedo a Heraldo por mantener abierta esta hendija por la que nos observamos pero, créanme, más agradecido les estoy a ustedes por su aliento y, sobre todo, por incitarme con su lejana presencia a mirar al mundo de otra manera, para poder devolverles esa misma invitación a ser curiosos y aprender, pues ese ha sido el último propósito. Con la campaña electoral lanzada al galope, me niego a sumarme al reproche o a la loa. Permítanme, en cambio, que comparta con ustedes mi impresión de que la próxima legislatura se verá marcada por la obligación de reducir la deuda, así como por la directiva europea de ajustar el cinturón presupuestario. Por tanto, serán cuatro años con menos ‘extras’, con más rigor y disciplina fiscal (llámenlo recortes). No obstante, ninguno de los candidatos quiere darnos ‘la mala noticia’ y, por ello, no nos hablan de qué, de dónde, ni cómo ni cuánto perfilarán con el cúter nuestro porvenir. Me lo han dicho cien veces: "sé cauto, piensa las cosas dos veces y, luego: dos más…".