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Cartas al director de HERALDO: El mortificante ascenso electoral de Bildu

La diputado de EH BIldu Mertxe Aizpurua, en la tribuna del Congreso.
La diputado de EH BIldu Mertxe Aizpurua, en la tribuna del Congreso.
Mariscal / Efe

El mortificante ascenso electoral de Bildu

Se acaban de celebrar unas elecciones en las que algo me ha sobrecogido el corazón: que un partido político como Bildu consiga unos resultados que le pueden dar la alcaldía de Vitoria, y otros exultantes en San Sebastián e incluso en Bilbao. 

No es una cuestión de datos lo que me encoge cuerpo y alma, es el conjunto de sentimientos que me atenazan la comprensión. ¿Cómo un partido integrado en su núcleo fundamental por Sortu, el heredero de Herri Batasuna (heredera política a su vez de ETA), con la participación de una olvidada Eusko Alkartasuna, algunos comunistas y otros independientes procedentes de Aralar, es aplaudido y votado por tal cantidad de vascos? No es el ámbito de la legalidad lo que me encoge, sino el conjunto de preguntas a las que ese entorno no responde y afectan a lo más íntimo del corazón de muchas personas. ¿Dónde están los culpables de los asesinatos que nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado no han podido seguir persiguiendo por los pactos políticos que suponen el ‘dejar de matar’ de ETA?, ¿por qué no ayudan a la democracia española a pasar página sacando a la luz todo el personal que ayudó a esta banda y el armamento que han usado estos asesinos? Siempre ha estado claro que el número de confidentes, encubridores, cooperadores no son sólo los que han estado en la cárcel, sino muchos más. ¿Dónde están? ¿Por qué no tienen que pagar por sus delitos? Porque todos estos se encuentran hoy dentro de Bildu. Es el mundo de los sentimientos básicos en la relación humana lo que me mortifica al ver la cantidad de personas que votan a esa formación. ¿Cómo es posible pretender que se pueda comparar hoy a los asesinos frente a cuantos inocentes envió el Estado a perseguirlos y morir, en un conflicto que ellos no buscaron?

Luis Vernet Gómez. ZARAGOZA

El trabajo de los profesores

Es conocido el dicho de que los profesores tienen muchas más vacaciones que el resto de los trabajadores. Sin embargo, no se sabe que cuando terminan el curso organizan el siguiente. Trabajan en la disposición de las aulas, en los alumnos que habrá en cada una. Preparan los programas docentes de acuerdo a la legislación y a su experiencia. Además algunos están en tribunales de trabajos fin de máster o fin de grado hasta bien adentrado julio. Durante el curso, su jornada laboral no termina tras impartir las clases y se llevan trabajo a casa, como preparación de apuntes y lecciones, corrección de exámenes y poner sus conocimientos al día. Y en su tiempo libre tienen reuniones para ver la evolución de los alumnos y cómo motivarles mejor para que puedan desarrollar su personalidad y cualidades personales. Son rumores que perjudican la convivencia.

Carmen García Morán. ZARAGOZA

La labor del Inaga

La labor del Inaga (Instituto Aragonés de Gestión Ambiental) tiene una importancia capital, porque son muy pocas las actividades económicas que pueden llevarse a cabo sin contar con un permiso ambiental de uno u otro tipo. Este Instituto está al servicio de los emprendedores y titulares de actividades agrícolas, ganaderas, de gestión de montes, industriales, de servicios, etc. Los empresarios y autónomos son sus clientes y merecen la mejor respuesta de la Administración ambiental, que sea viable técnicamente y que cuente con seguridad jurídica. Y el Inaga está también al servicio del medio ambiente, para protegerlo en el presente y de cara al futuro, pensando en las próximas generaciones. Después de más de veinte años de servicio como funcionaria, entre 2012 y 2015 tuve el honor y la responsabilidad de dirigir el Inaga. Pude comprobar la altísima preparación y especialización de sus funcionarios, así como una motivación y rendimiento que superan la media de la Administración, lo que probablemente se deba a un componente vocacional que acompaña a quienes trabajan en este campo. Aunque ya les di las gracias a todos ellos cuando dejé el cargo, creo que es de justicia volver a agradecer públicamente a todos los funcionarios del Inaga su compromiso y dedicación y enviarles un mensaje de ánimo. En especial quiero agradecer a Ángel García Córdoba, Susana Olavide y Jordi Reinoso su excelente labor, por todo lo que me apoyaron en la tarea directiva, a la vez que ejercían la jefatura de sus correspondientes áreas y la supervisión técnica de las propuestas de resolución que pasaron a mi firma. Es de justicia darles mi reconocimiento, especialmente ahora, en un momento en que están sometidos a una exposición mediática que, a buen seguro, ellos, que son personas serias y discretas, no quisieran tener.

Nuria Gayán Margelí exdirectora del Inaga y funcionaria en excedencia del Gobierno de Aragón

El buen político

Si el fin de la sociedad es la vida lograda, el fin de la política será la solución de los problemas sociales, la construcción de una sociedad a la medida de la dignidad humana. Así entendida la política deja de consistir en el dominio sobre la maquinaria estatal por medio de otra maquinaria llamada partido; y cito a Yepes Stock: «Siempre que una actividad pierde su sentido último por valorar en exceso los procedimientos que han de emplearse para realizarla se convierte en un proceso automático o una acción teatral que no es verdadera porque utiliza un lenguaje que tiene sintaxis y retórica pero no semántica para ser un simple gesto que impresiona más o menos, pero que no significa demasiado». Esto sucede hoy con la política, es una técnica de organización y dominadora de la maquinaria estatal presidida por una retórica. Los gestos políticos no parecen tener otro fin que mantener la imagen pública del actor gobernante o candidato con tal de mantener o conquistar el poder. Un buen político se distingue porque busca el interés de las personas, no su propio interés. El mal político solo busca su poder; y hay que mantener la paz social, no ir cada uno a lo suyo. El buen político consigue el bien social. A por ello y España prosperará.

Conchita del Moral Herránz. BARBASTRO

El calor y la sequía

Las elevadas temperaturas durante los primeros cuatro meses del año, y particularmente en abril, cuando se alcanzaron 38,8 grados, la más alta temperatura registrada en ese mes, hacen prever un seco y excepcional verano. Los medios nos advierten de que al alto efecto térmico se le suma una larga sequía que casi ha agotado los embalses y secado los campos. Lo paradójico del caso es que, pese a que los expertos advierten de que las lluvias en el horizonte brillan por su ausencia y que la sequía ha venido para quedarse, este aumento tan inquietante de las temperaturas sigue sin ocupar un gran espacio en el debate público.

Carmen Trasobares López. ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

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