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Cartas al director de HERALDO: La dura vida de los opositores

Siete tipos de estudiantes que puedes encontrar en la biblioteca
La dura vida de los opositores
Laura Uranga

La dura vida de los opositores

En días de bibliotecas abarrotadas, los fieles usuarios se encuentran sin sillas. No me refiero a los bibliotecarios, sino a los opositores, aquellos que dedican su vida a prepararse para los exámenes. En mi corta experiencia he aprendido varias consecuencias de esta elección.

En primer lugar, la sensación de fracaso es constante. No me refiero a los fracasos diarios, sino a una sensación generalizada de fracaso en la vida. Mientras otros hablan de sus vidas, las conversaciones a mi alrededor se limitan a preguntas sobre mi progreso en los estudios y las fechas de los exámenes. Mis respuestas son simples, ya que pocos entienden mi situación. En segundo lugar, solo los opositores nos entendemos entre nosotros. Compartimos la carga de enfrentarnos a exámenes una y otra vez, durante meses e incluso años, de lunes a sábado. El apoyo de personas que comprenden esta lucha nos ayuda a sobrellevar los momentos de fracaso. En tercer lugar, la incapacidad de perder el tiempo. Cuando se está preparando una oposición, el tiempo es valioso y se aprovecha al máximo. No puedo permitirme perderlo. A veces, incluso me siento mal por tomarme un descanso, sintiendo que debería estar estudiando. Así que, querido amigo o amiga que se encuentra nervioso por la Evau, te digo que te tranquilices, que todo saldrá bien, y que disfrutes de esta nueva etapa. Y cuando te enfrentes a la aventura de opositar en el futuro, recuerda esta carta que leíste cuando aún no conocías los secretos más profundos de la vida. Y a ti, que pasas tantas horas sentado en una silla en la biblioteca que ya saludas a los trabajadores con naturalidad, te digo que todo llega y que confíes un poco más. Me despido esperando tener suerte para encontrar un sitio después de un largo día escolar.

Alba Carod. ZARAGOZA

Un corte inoportuno

Gracias, al señor Azcón, por pensar que las 9.20 h de la mañana del miércoles día 17 era un excelente momento para permitir que se realizase una obra menor, cortando uno de los dos carriles de la Vía Ibérica a la altura de la puerta principal del Hospital Militar. La vía estuvo colapsada durante horas, y mientras yo llevaba a mi padre a una consulta médica pensaba en las verdaderas urgencias que pudieron terminar mal o muy mal por esta situación. La noche, señor Azcón, además de dormir está hecha para que las cuadrillas de trabajadores puedan realizar estos trabajos de pintado, o de retirada de restos del asfalto quitado para reasfaltar, sobre todo en este tipo de vías tan sensibles por ser el acceso fundamental a dos hospitales tan importantes de nuestra ciudad. La capacidad de gestión de un alcalde se mide incluso hasta en estas decisiones, con las que demuestra su grado de indolencia y el de quienes ejecutan sin cuestionar sus órdenes, firmando estos permisos.

Leandro Piragini. ZARAGOZA

El caso Vinícius

El caso Vinícius es un caso muy grave. Vaya por delante que Vinícius es un extraordinario futbolista. Pero lo que intento, como si de un diagnóstico médico se tratase, aceptando que estamos ante la manifestación de una grave enfermedad social, es saber de qué grave enfermedad se trata: racismo, delito de injurias o mala educación colectiva. Porque, siguiendo con la comparación médica, un tumor maligno en la próstata y otro en el cerebro son dos gravísimas enfermedades, pero si tienes un tumor en la próstata no mejorará si te pones la radioterapia en la cabeza. El diccionario de la RAE define racismo como «creencia que sostiene la superioridad de un grupo étnico sobre los demás, lo que conduce a la discriminación o persecución social». Entiendo, por tanto, que para hablar de que una determinada afición es racista, la discriminación o la persecución social se debería producir hacia todas las personas del otro grupo étnico. Parece difícil defender que la afición del Valencia discrimine o persiga a las personas de raza negra, cuando tiene al menos siete futbolistas de raza negra en su plantilla, Diakhaby, Mosquera, Correia, Foulquier, Musah, Moriba y Kluivert, y no parecen tener problemas por ello con su afición. El Real Madrid alineó también en ese partido a Militao, Rüdiger, Mendy, Tchouameni y Camavinga, también de raza negra, que no recibieron el acoso de la afición valencianista. Luego lo que se produjo, a mi entender, fue un insulto colectivo hacia un determinado rival, un individuo al que un número importante de aficionados le dijo todo tipo de improperios. Y aunque alguno de esos insultos sea racista, su objetivo no es discriminar a Vinícius por ser negro, sino agredirle verbalmente, molestarle para ver si así pierde los nervios y no juega tan bien como sabe. En mi opinión, esto es simplemente demostrar una pésima educación colectiva y una ausencia total de deportividad. ¿Es esto grave? Muy grave. El Valencia como club debe ser sancionado, según establezcan las normas federativas, para así intentar que no se repita este espectáculo deprimente, ni en ese ni en ningún otro campo, ni contra Vinícius ni contra ningún otro jugador. Pero, independientemente de la interpretación federativa, por los argumentos que he expuesto, siendo un asunto muy grave, no me parece que el principal vector de esa conducta sea el racismo.

José María Martínez Marco. ZARAGOZA

Promoción 1977-80 de Magisterio

Un encuentro de compañeros de la promoción 1977-80 de Magisterio de Huesca, después de 43 años, nos ha permitido revivir un pasado que parecía muy lejano y nos ha acercado a esos días en los que iniciamos un recorrido con la ilusión de convertirnos en maestros. Recordamos a las personas con las que hemos convivido, conservando en nuestra mente sus rostros y guardando en nuestro corazón momentos realmente mágicos. Antes de reunirnos, tenía miedo de no recordar algunas escenas que iban a ser comentadas, y me asaltaba la duda de si haría una buena asociación de los nombres con unas caras desdibujadas por el tiempo. Sin embargo, a medida que íbamos hablando, los recuerdos parecían cada vez más claros e iba recuperando esos episodios con mayor detalle. Me he sentido satisfecha de ese contacto personal que me ha aportado: bienestar, emoción y esa química tan importante en la relación de las personas que a través de whatsapps nunca podemos percibir. Ver esas caras, que son una lupa de emociones, me ha ayudado a conectar. Será una crónica que guardaremos para tener constancia de que un día logramos hacer realidad el sueño de recordar juntos anécdotas, vivencias y momentos que nos vinculan y que siempre formarán parte de nuestra vida. Que esta frase de Mario Benedetti, "se despidieron y en el adiós ya estaba la bienvenida", nos mueva a un nuevo reencuentro.

Gema Abad Ballarín. REUS (TARRAGONA)

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

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