Redactor de Cultura de HERALDO DE ARAGÓN

Sánchez, la flecha del tiempo y Podemos

Sánchez ejerce su derecho a voto, este domingo en Madrid.
Sánchez ejerce su derecho a voto, este domingo en Madrid.
EP

No sabemos si Pedro Sánchez piensa que es inmortal y que el destino estaba de su lado, pero quizá le costará entender y asimilar qué ha pasado: ¿se ha equivocado con Bildu, ha sido demasiado arrogante, no entendió que había cambiado la flecha del tiempo y empujaba con el PP? ¿Menospreció a Núñez Feijóo, que tuvo varias meteduras de pata y pareció un meritorio de presidente y de orador antisanchista? ¿Oyó a sus barones más críticos y a sus vicepresidentas? Pedro Sánchez, con y sin traje, quiso tirar la casa por la ventana, y quizá no percibió que se empeñó, gesto a gesto, en desmantelar el partido.

Atacó y contraatacó con el verbo florido de alguien que ha aprendido a hablar sin papeles como si fuera un rey Midas de última hora. No acertó ni con la estrategia ni con la empatía. Pero lo peor quizá haya sido otra cosa: el desencuentro sempiterno de la izquierda, esa necesidad que tiene de exhibir sus diferencias y convertirlas en un acto de deslealtad o pique o insulto. Los partidos progresistas sienten tal encono entre sí que no dudan en convertirse en formaciones antisistema antes de que haya un punto en común incluso en coalición, armonía, un proyecto de país, sincera camaradería, eso que ahora solucionarán Vox y el PP sin tanto conflicto, ya verán, y qué pronto.

Si el PSOE cometió errores y deslices, lo de Podemos es para hacérselo mirar. Pablo Iglesias, vicepresidente, llamaba a manifestarse contra el Gobierno que integraba, incluso a su entorno. El lío de Podemos y Sumar ha sido como un drama de identidad y confusión de Luigi Pirandello. La izquierda se ha desplomado en conjunto y Podemos, en concreto, se ha vuelto extranjera de sí misma. Si a eso agregamos que Ciudadanos se ha vuelto espectral, el triunfo del PP tuvo emoción, instantes de intriga, e incluso desolación y amargura, si pensamos en los votos de Bildu, pero quizá menos. Volvamos a Bildu. ¿Cómo se explica su ascenso, es el miedo, es la trama central de ‘Patria’ revelada con crueldad en unos comicios?

Otegi dijo que habían hecho «una campaña ejemplar». Tal como dijo Orson Welles, sobre su felicidad con Rita Hayworth, si eso fue ejemplaridad...

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión