Pulsión de cambio
Las urnas del 28 de mayo han dicho que en España ha comenzado el cambio de ciclo político del que se ha venido hablando en los últimos meses.
Los ciudadanos han votado pensando en qué fuerzas, a su entender, garantizan una mejor gestión de su Comunidad, su ciudad o su pueblo. Pero también es obvio que ha habido una corriente de fondo que tiene que ver con la política nacional y la inevitable evaluación de Pedro Sánchez y su coalición de gobierno. En este sentido, el antisanchismo ha sido determinante.
Los españoles son partidarios de un cambio de ciclo. Al menos así lo han dado a entender en esta primera meta volante antes del final de carrera, previsto para dentro de seis meses. Su dictamen no es definitivo, pero es muy relevante por la proximidad de las elecciones generales y por la estrecha distancia que las encuestas aprecian a escala nacional entre PSOE y PP.
El recuento de votos habla de un giro a la derecha. El antisanchismo ha tenido ocasión de expresarse y se ha expresado. Es el espíritu del nuevo tiempo, el ‘Zeitgeist’. No se puede asegurar que en la Moncloa habrá pronto un cambio de inquilino, pero lo que sí es segura es la tendencia de las cinco ocasiones en que, durante el siglo XXI, las elecciones territoriales se han celebrado unos meses antes que las generales: en todas ellas, excepto en 2007, el partido ganador del voto municipal ganó a continuación las elecciones generales, aumentando su ventaja.
Alberto Núñez Feijóo, con el permiso de Isabel Díaz Ayuso y la aquiescencia de Vox, está en condiciones de preparar el equipaje para mudarse de Génova a la Moncloa. El viento de cambio de ciclo empuja su barco. Que llegue al destino dependerá de su capacidad para manejar el timón en los próximos meses. Hoy empieza la campaña electoral para las generales de fin de año.
