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Cartas al director de HERALDO: El derroche de agua en el riego de los parques

El riego del césped supone un desperdicio de agua.
El riego del césped supone un desperdicio de agua.
Asier Alcorta

El derroche de agua en el riego de los parques

A los políticos se les llena la boca hablando del medio ambiente. Pero en general no es más que fachada para conseguir votos. Un ejemplo: la gestión del agua en parques y jardines del Ayuntamiento de Zaragoza a lo largo de los años. 

Después de la Expo, que tuvo como tema monográfico el agua, el sistema de riegos de Parques y Jardines siguió regando igual que siempre, es decir, inundando las zonas verdes, como hacían los árabes hace mil años. La única diferencia es el uso de mangueras y aspersores. El riego consiste en dejar el mecanismo en marcha, de forma automática, durante ratos y ratos, sin parar, llenando de agua la zona verde pero también pavimentos, coches y a los viandantes. De vez en cuando, alguien se deja un surtidor saliendo a borbotones sin que nadie haga nada, como he podido contemplar varias veces. Actualmente todo el país está sufriendo una terrible sequía, pero el Servicio de Parques y Jardines de Zaragoza, con tozudez, sigue haciendo lo mismo. ¿Qué tiene que pasar para que se utilice sólo el agua de riego necesaria? ¿Cómo se podría conseguir? ¿Nadie conoce el riego gota a gota? Con este sistema, utilizado muy satisfactoriamente en Israel, el agua se regula de manera racional de forma que cada planta, cada árbol, reciba única y exclusivamente lo que necesita y nada más. Y se ahorran toneladas de agua. Si el problema es que se ha plantado césped, más propio de países del norte de Europa, la solución sería plantar algo más acorde con el clima de Zaragoza. Si se puede en Israel, ¿cómo no se va a poder hacer aquí? Los políticos no harán nada mientras los ciudadanos no demostremos que nos importa mucho este tema. Por eso, es importante que sepan que algunos zaragozanos no les vamos a votar a no ser que se involucren de verdad en la gestión del riego de parques y jardines.

Luis Ignacio Pérez Navarro. ZARAGOZA

El verde alegra, el gris entristece

Estudio en el Colegio Escolapias Calasanz en Zaragoza y escribo por lo descontento que estoy con el cambio en la plaza Salamero. Le ha llevado un par de años al Ayuntamiento de Zaragoza empeorar la plaza. Si vas ahí a dejar el coche al garaje, puede parecerte bien el cambio que han hecho pero, como estés en el colegio de al lado en mitad de un ‘listening’ de Inglés y empiece dale que dale la taladradora, pues mal. También, si vas a casa después del trabajo o del colegio, como hayas suspendido alguna materia o hayas tenido un mal día y estés triste, la plaza te entristecerá más de lo fea que es. Tanto gris, cosas de metal, casas de metal muy feas, pues al fin y al cabo hay más gris que verde. Por otra parte, antes te podía sentar y descansar en la sombra porque había mucho verde, plantas y árboles, pero ahora hay menos árboles y donde te puedes sentar está hecho de metal, que si bien atento estoy en clase de Física y Química el metal es buen conductor del calor. En resumen, el verde alegra, el gris entristece.

Gabriel Olmos Larrodé. ZARAGOZA

La clase media como virus social

A mi entender, eras clase media cuando tenías las riendas de tu vida, autonomía para realizar proyectos vitales con tu sueldo. Dicha aspiración no existe hoy en los jóvenes asistidos por su familia para emanciparse en la treintena, drama que era previo a 2019. Y es lo que me hace pensar que ese sentimiento de ser clase media es un virus , porque si bien dicha clase puede ser un estado social satisfactorio, en épocas de pobreza o de incertidumbre, también puede fácilmente convertirse en espacios morales de frustración, cuando se nutren de individuos y de familias que no han conseguido ser lo que su formación les hacía pensar en llegar a un estado de bienestar. Aunque es cierto que tenemos que luchar cada uno contra la apatía que nos trasmiten tantos embrollo políticos. Ahora bien, hay que reconocer que es necesario no llegar a lo que estamos viendo en Francia, cómo país próximo. Y también hay que decir a todos los políticos que no estén sólo presentes en tiempos electorales.

María Luisa Alonso Alcalá. ZARAGOZA

Derecho a votar vulnerado

El domingo, día de elecciones, se vulneró mi derecho a votar. Sí, señores, no es broma. Son las 9.20 de la mañana, voy al colegio Fernando el Católico, como indica mi tarjeta censal y donde he ido a votar desde hace 17 años, en todas las citas electorales. Presento mi DNI y, para mi sorpresa, no figuro en ninguna lista de las tres mesas habilitadas. Me preguntan que si estoy empadronada: señores, si recibo en casa la tarjeta censal, ¿ustedes qué creen? Ni los interventores ni los que velan por el buen funcionamiento saben qué hacer ni dónde llamar. Tras veinte minutos, rompo mi voto y mi tarjeta censal y me voy sin votar. ¿A quién reclamo, al maestro armero, a la divina providencia? Esa fue mi cita electoral del 28 de mayo.

María Carmen Maella Mareca

ZARAGOZA

El nuevo y el viejo orden

Sembrar discordia es una de las mayores vilezas que el ser humano puede cometer, ya que provoca desconfianza y contagia el odio que profana la armonía entre los ciudadanos. Explotan la pasión de los demás, conscientes de que exaltando las emociones inducen a la confusión en beneficio de sus perversos planes. El sembrador de discordia es mezquino y maniobra siempre con maldad. Pasa rumores envenenados, medias o falsas verdades y planifica diestramente dónde y cómo sembrar su semilla emponzoñada para obtener sus lucrativos frutos. Estos jornaleros de la cizaña «no están ni en desiertos remotos ni en montañas lejanas», los tenemos entre nosotros propalando el rencor con el enfrentamiento de hombres y mujeres, padres e hijos, homosexuales y heterosexuales, empresarios y asalariados, propietarios e inquilinos, ricos y pobres y cualquier diferencia que contribuya a consumar su desleal proyecto totalitario. Si en esto consiste el nuevo orden mundial que la Agenda 2030 está inoculando en una sociedad anestesiada por una propaganda alienante, a otro perro con ese hueso, porque me quedo con el viejo orden mundial de raíces cristianas, donde la misericordia, la confianza, la libertad, el amor, la verdad, el respeto, la generosidad, la tolerancia y la igualdad tienen su más profundo arraigo.

José Antonio Gayarre Gómez. ZARAGOZA

Cirugía de cataratas

Quiero dar las gracias al servicio de cirugía de cataratas del Hospital Nuestra Señora de Gracia de Zaragoza por su amabilidad, organización y estupenda praxis. Unos profesionales magníficos. Podemos decir que tenemos una sanidad pública inigualable. Cuentan con toda mi admiración.

Inés Royo Fernández de Retana. ZARAGOZA 

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

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