Reflexiones sueltas

Reflexiones sueltas
Reflexiones sueltas
Heraldo

Celebramos mañana elecciones municipales en toda España y regionales en doce de las diecisiete comunidades autónomas, además de en Ceuta y en Melilla. Pero lo que vamos a elegir los ciudadanos no es quién será el alcalde de nuestro pueblo o nuestra ciudad ni quién será el presidente del gobierno autonómico. 

A veces, por la dinámica política y por cierta tendencia a simplificar las cosas, nos da esa impresión, pero no es así. A quienes vamos a designar mañana es a nuestros concejales y a nuestros diputados. Luego, los concejales tendrán la oportunidad de elegir al alcalde y los diputados deberán investir a un presidente. A la hora de valorar el sentido y la utilidad del voto, me parece que conviene tener en cuenta este aspecto, que obliga a reflexionar no solo sobre qué partido o candidato es nuestro favorito –o el que menos nos disgusta– sino también sobre las posibles alianzas poselectorales. Lo que hace la decisión más compleja.

Durante la campaña se ha reprochado a algunos partidos que pretendían convertir estos comicios en una especie de plebiscito sobre Pedro Sánchez, desvirtuando su significado. Desde luego, no hay tal prebiscito, y los electores harán bien en tomar su decisión pensando preferentemente en las realidades locales y regionales, más que en las nacionales. Pero mañana por la noche, con los resultados en la mano, será necesario e inevitable realizar una lectura nacional de los mismos. Y den por seguro que si, por ejemplo, los socialistas son los que consiguen más concejales en el conjunto de los municipios, veremos a Pedro Sánchez dando saltitos de alegría, mientras que si son los populares será la cara de Alberto Núñez Feijóo la que dibuje una enorme sonrisa. Así es la política, y a pocos meses de las elecciones generales, el 28-M no es un plebiscito, pero sí servirá de ‘macroencuesta’ para intentar intuir lo que puede suceder entonces.

El 28-M no es un pebiscito, pero sí servirá de ‘macroencuesta’ sobre las generales

Por lo demás, si alguien ha contribuido a desnaturalizar esta campaña electoral arrastrando la atención hacia lo nacional por encima de los local y regional, ese ha sido el propio Pedro Sánchez, que se ha servido de los consejos de ministros como herramienta de propaganda, con continuos anuncios de un frívolo reparto del dinero público. Estrategia a la que, desde luego, se han sumado con entusiasmo candidatos autonómicos y alcaldables. Creo sin embargo que, afortunadamente, los electores, o al menos la gran mayoría de ellos, ya descuentan lo que en esas promesas hay de fuegos de artificio (casi todo), y no se dejarán arrastrar fácilmente.  

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Víctor Orcástegui)

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión