Perspectivas de la libertad

Cartel de 'Libres'.
Cartel de 'Libres'.
Heraldo

Hay filas que son la madre de todas las filas. Como el alargadísimo listado de jóvenes que hace unos días se congregaba en torno al Centro Comercial Independencia para conseguir entradas para los conciertos de las fiestas; impresionante manifestación de fervor pilarista –cuán largo me lo fiais–. Y hay otras que, por más que se hagan hijas o nietas de las más grandes, no dejan de llamar la atención en encrucijadas diversas de la ciudad.

En una de ellas me encontré yo afiliado casi por sorpresa. Hace semanas que aspiraba a ver el documental ‘Libres’, que recoge las reflexiones de personas que viven en clausura en diversos monasterios. El recorrido vital y el sólido pensamiento de quienes se desprenden de todo para entregarse a Dios. La película, el documental más visto en lo que va de año en España, no encontraba por entonces acomodo en los cines de esta tierra, así que uno había de plantearse salir fuera para poder disfrutarla.

Por eso me llamó la atención la iniciativa de unas religiosas que brindaban su espacio para la proyección. Me enteré por casualidad, con el boca a boca –boca a oído, que dirían los más pulcros–; como se rescata casi todo lo bueno en esta vida. Y cuando me asomé al evento no pensé en encontrar allí a más de un puñado de ‘chalados’ asistidos por la casualidad y seducidos por la iniciativa.

Así que me impresionó la cola formada en torno al edificio. Modesta, sin duda, pero más que llamativa. Se llenó el salón, como me explicaron que había ocurrido durante buena parte del fin de semana en las triples sesiones del viernes, el sábado y aquel desenlace del domingo. Solo un puñado de toses perturbó el silencio de casi dos horas de testimonios y ejemplos. Que remueven la cabeza y se cuelan en el alma a través del corazón.

Argumentos que sin duda seguirán alineando a espectadores allí donde se decidan a proyectar la película. Y que seguramente han contribuido para que el documental haya encontrado también asiento entre las salas de esta tierra; como ya ocurría con total normalidad en más de tres cuartas partes de España.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Miguel Gay)

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