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Cartas al director de HERALDO: Esperas interminables en Urgencias

hospital Miguel Servet urgencias
Hospital Miguel Servet urgencias
Toni Galan

Esperas interminables en Urgencias

Un lunes cualquiera, 19 h. Las dos pequeñas salas están atestadas de camillas y sillas de ruedas con gente de diversas edades, aunque la mayoría son ancianos. Algunos, con fuertes dolores o con respiración entrecortada. Se escuchan lamentos, incluso algún llanto, pero la gente aguanta la espera estoicamente. 

La iluminación es pobre, la ventilación escasa. Es una imagen dantesca, los pacientes están hacinados, las camillas chocan entre sí y siguen llegando. De vez en cuando se llevan a alguien a ser atendido, para lo cual hay que remover el resto de las camillas. A las 23.30, además de las salas también se ha ocupado parte del pasillo. La mayoría han llegado en ambulancias que han tardado horas en recogerlos y aquí siguen acumulando horas de espera. Muy poco a poco son atendidos, pero vuelven a la misma sala para seguir esperando, bien para pasar a otro lugar donde serán tratados de sus dolencias o, una vez tratados, esperar a ser devueltos a su lugar de origen en ambulancias, que vuelven a tardar varias horas. Este periplo puede durar 10 o 12 horas, incluso más, sin ni siquiera un triste vaso de agua. No se trata de un lugar en guerra ni un país del tercer mundo, nos encontramos en Urgencias del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, cuarta ciudad de España. Es posible que esta situación fuera algo extraordinario, pero por lo que tengo entendido se repite con cierta frecuencia. Señores políticos de nuestra Comunidad, les invito a que pasen por Urgencias de vez en cuando, en este hospital o en cualquier otro, y vean lo que sucede un día sí y otro también, y entre todos se pongan manos a la obra e intenten solucionar la carencia de personal o la mala gestión de la plantilla, porque es evidente que una de las dos cosas está ocurriendo y ustedes son los responsables.

Pablo Marcuello. ZARAGOZA

Burocracia o amabilidad

Soy una jubilada residente en Zaragoza. Hace poco me sustrajeron toda la documentación. En el camino para recuperar mis documentos me he encontrado con personas encantadoras, que me han ayudado con profesionalidad y amabilidad; mi felicitación a todas ellas. Pero hay otra parte menos amable que me recordó lo que decía Larra: «Vuelva usted mañana». ¿Tanto cuesta ser amable y facilitar lo que nos cuesta a la mayoría de los ciudadanos? Da la impresión de que ser jubilada es sinónimo de ‘no sabes’, ‘te cuesta entender’, ‘te faltan papeles’… Somos muchas las personas jubiladas. No somos tontas. Hemos trabajado y, aunque no tengamos una completa formación tecnológica, sabemos defendernos. Cuando las entidades bancarias trabajan con nuestros ahorros, ¿no podrían dedicar a personas que solucionaran amablemente nuestras dudas? Y en la Administración, ¿no sería necesaria una formación en habilidades sociales para tratar con los demás? Cuando acudimos a una ventanilla, ¿no podrían explicar las cosas con algo más de amabilidad y sin poner tantas trabas? Como yo, muchos hombres y mujeres tratamos de estar al día. Leemos los documentos con sus indicaciones, nos movemos por internet… Ojalá recordemos el principio número 1 de la Carta de los Derechos Humanos: "Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros". Mi agradecimiento a los agentes de Policía de la oficina del paseo Teruel, que con buena cara me ayudaron a conseguir mi carnet de identidad. Eso me ha ido facilitando el resto del camino. Recordé el calvario que supone para tanta gente extranjera, que con problema de idioma y otros muchos peregrinan de oficina en oficina. ¿Nos apuntamos a la amabilidad y a allanar las dificultades de los demás? ¡Gracias!

Rosa María Gurría Latorre. ZARAGOZA

El autobús a San Sebastián

HERALDO publicó el 6 de marzo una carta en la que se lamentaba el empeoramiento del servicio de viajeros entre Zaragoza y San Sebastián. Preocupado, como la autora, escribí varias cartas, preguntando los motivos, al Ministerio de Transportes del Gobierno de España, a la anterior empresa, ALSA, a la nueva Interbus, a un diputado guipuzcoano del grupo PNV, al responsable de Movilidad de la Diputación Foral de Guipúzcoa y al Gobierno de Aragón. Solamente este último me ha respondido, a través de su director general de Transportes, Gregorio Briz, que señala: "El servicio prestado hasta el 28 de febrero de este año por la compañía Conda era gestionado y sufragado por el Gobierno de Navarra. De este modo, con la reestructuración de las líneas que ha tramitado la Dirección General de Transportes de Navarra el servicio directo que antes se hacía entre Zaragoza, Pamplona y San Sebastián ha sido dividido en dos concesiones diferentes, una que hace el servicio Zaragoza-Pamplona y otra que lleva de Pamplona a San Sebastián, careciendo este Departamento de competencias para alterar los servicios de otras comunidades autónomas". Causa sorpresa que una comunidad autónoma pueda tomar decisiones que alteren el servicio de viajeros entre otras dos. Y que el Ministerio de Transportes no armonice ni coordine esas decisiones.

Juan Arana Pérez. ZARAGOZA

Demasiados retrasos en la sanidad pública

Un tema tan importante como es la salud nos hace vivir, sobre todo a los que ya tenemos una edad, en un estado de impotencia total. En muchos casos, por el deterioro físico que está llegando a nuestras vidas, nos vemos en la necesidad de acudir a la sanidad pública y nos encontramos con que, para una visita al médico de Familia, te citan con diecisiete días, por lo que te viene al pensamiento, "Dios mío, en esos días qué va a ser de mí y de mi enfermedad". O bien acudes a urgencias y en algunos casos escuchas "estamos colapsados". Y qué decir cuando te mandan a especialistas o según qué tipo de pruebas; en general, cuanto más importantes, más se dilatan, meses e incluso más de un año. Ahora una frase muy generalizada por parte de los médicos es: "Si usted tiene posibilidades, mi consejo es que lo agilice y vaya por particular"; y por propia experiencia les confirmo que ese consejo está salvando vidas. Pero lo peor de todo es que sabiéndolo y viviéndolo estamos normalizándolo y aceptamos la demora y lo que nos puede traer consigo en el avance y algunos casos incluso no llegar a tiempo en la enfermedad. Soluciones... promesas electorales, la incapacidad y el miedo cuando se te presentan estas situaciones y poco más... Qué decir cuando la persona es mayor y su capacidad de reacción es menor. Los sanitarios hacen su trabajo pero quien lo padece es el enfermo. Por favor, sanidad pública pero bien gestionada.

Eva Gasqued Nasarre. ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

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