Tercer Milenio

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La estela de José Ángel Villar

José Ángel Villar Rivacoba
José Ángel Villar Rivacoba
Pedro Etura

El hallazgo arqueológico del siglo, un pasadizo secreto en la pirámide de Keops que podría conducir a la tumba del faraón, lleva firma aragonesa. Héctor Gómez-Maluenda nunca hubiera imaginado cuando era estudiante de Física en la Universidad de Zaragoza que su trayectoria en la investigación de muones le iba a llevar a desvelar misterios del Antiguo Egipto.

El investigador aragonés lleva entre manos otras pesquisas científicas no menos importantes, como la aplicación de la muografía al escaneo de reactores nucleares, con la gran aportación que podría suponer a la seguridad nuclear. Ni más ni menos.

Detrás de las carreras de físicos tan brillantes como Héctor Gómez-Maluenda, o Clara Cuesta, que ha logrado una de las siete becas Leonardo que se conceden en toda España y estudiará el origen de la materia oscura del universo, hay un largo historial de aprendizaje. En estos y otros casos nació de la Facultad de Ciencias y continuó en el Laboratorio Subterráneo de Canfranc, especialmente diseñado para la investigación de fenómenos inusuales de la naturaleza que requieren muy baja radioactividad ambiental para ser observados.

Fue José Ángel Villar Rivacoba, catedrático de Física Atómica, Molecular y Nuclear y director asociado del Laboratorio Subterráneo de Canfranc, uno de los grandes artífices de este centro de enseñanza e investigación de primer nivel. Fue el profesor Villar quien dirigió la tesis de Héctor Gómez-Maluenda. Decano de la Facultad de Ciencias en los años 90, destacó por su sabiduría y generosidad, siempre enmarcadas en una gran sonrisa. Falleció el 2 de agosto de 2017, a los 61 años de edad, y dejó huérfanos a decenas de discípulos. Pero su estela sigue brillando.

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