Cuarenta años

Este año hemos celebrado San Jorge en vísperas de que se cumpla el cuadragésimo aniversario de las primeras elecciones autonómicas, que dieron lugar a la legislatura inicial de las Cortes de Aragón modernas. 

Aquel 8 de mayo de 1983, nuestra región, al igual que otras doce comunidades autónomas, ponía en marcha los mecanismos institucionales previstos en su Estatuto, con lo que se dibujaba ya con claridad el mapa del Estado autonómico. Entonces, estaban llamados a las urnas algo más de 917.000 aragoneses y el 28 de mayo próximo seremos alrededor de 1.019.000, lo que da un crecimiento bastante parco para cuatro décadas. Cinco partidos políticos obtuvieron escaños en aquellas primeras Cortes, y el PSOE, el más votado, se quedó a solo un diputado de la mayoría. Ha sido una característica de nuestro parlamento la ausencia de mayorías absolutas y la necesidad ineludible, por tanto, de pactos y coaliciones para gobernar. En esas seguimos, y con creciente complicación. Pues en 2015 entraron en la Cámara siete partidos y en 2019, ocho. Y este año, cuando elegiremos la undécima legislatura, hay que contar con nueve formaciones que, a priori, tienen posibilidades de conseguir algún diputado. No basta pues en Aragón con ganar las elecciones, casi cuenta más la capacidad de pactar. Aunque el sistema autonómico recibe, y merece, muchas críticas en su funcionamiento, lo cierto es que ha arraigado con fuerza en toda España. Y en Aragón lo demuestra el buen nivel de participación en los comicios autonómicos, que solo en una ocasión, en 1991, bajó de los dos tercios del electorado, y no por mucho.

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