Por
  • Ángel Dolado Pérez

Ser Justicia, mi mayor honor

Ser Justicia, mi mayor honor
Ser Justicia, mi mayor honor
Fiorella Balladares

Aragón se define por su Derecho, afirmó Joaquín Costa; y, en mi caso, si también algo ha marcado especialmente mi vida han sido la Justicia y el Derecho. Desde la Facultad tuve claro que quería ser juez, algo que he ejercido en Reus, Tarragona, Lérida y finalmente en mi casa, en Zaragoza, la ciudad donde he desarrollado toda mi vida desde los 3 años, cuando llegué con mi familia al Barrio Oliver procedente de mi Soria natal.

Orgulloso de mi origen, y sintiéndome realizado como juez, llegó la propuesta para que me convirtiera en Justicia de Aragón. Y este ha sido el mayor reto profesional y personal pues, además de que mis antecesores habían puesto el listón muy alto, la responsabilidad y el peso de 900 años de historia eran considerables.

Creo que me han ayudado en esta labor dos circunstancias: mi condición de juez y los grandes amigos y profesionales expertos en sus materias que, dentro de mi equipo o fuera de él, han aportado su buen saber y hacer. Con ellos y con el conjunto de la sociedad aragonesa, hemos sido capaces de alcanzar los objetivos que me propuse tal día como hoy hace 5 años.

Me comprometí a implantar una atención especial a nuestros menores en la Institución: hoy, la Oficina del Justicia para la Infancia y Adolescencia es una realidad, así como el nuevo y más completo Informe que realizamos sobre este segmento de la población y que también se ha culminado con la celebración de las dos jornadas de los derechos de las niñas y los niños en Huesca.

En mi toma de posesión, les hablé de despoblación y de los problemas demográficos en nuestra Comunidad, y precisamente han sido objeto de informes especiales en este último año: concretamente sobre la sanidad y la seguridad en el medio rural.

Me propuse potenciar la mediación y que nuestra Institución fuera más directa si cabe, y lo hemos realizado mediante nuevas formas en la tramitación de los expedientes, pero también defendiendo los derechos colectivos a través de las Mesas del Justicia, en las que hemos abordado la soledad de nuestros mayores, los problemas del ocio nocturno o las barreras arquitectónicas. Con estas mesas y métodos, hemos cumplido también con el último objetivo que planteé, y quizá el más importante: contar con la sociedad para su desarrollo, a través del tercer sector, ONG, colegios profesionales, colectivos o asociaciones…

Dije que el aragonesismo tenía que estar presente en el Justiciazgo, y lo hemos hecho patente a través de la difusión de nuestro Derecho Foral con publicaciones, charlas y una nueva cátedra universitaria. E igualmente, adentrándonos en nuestra historia con la publicación del original de la Letra Intimada, el estudio científico y su documental sobre Juan de Lanuza, o la ampliación de los actos en torno al 20 de diciembre, situándolo definitivamente como el Día del Justicia y los Derechos y Libertades de Aragón.

El Foro de Derecho Aragonés ha cumplido ya más de tres décadas en esa labor colectiva de todas las entidades jurídicas aragonesas, y de la mano de la Fundación Manuel Giménez Abad, hemos podido ahondar en nuestro Estatuto a través del nuevo Foro de Derechos Ciudadanos.

Junto con mi equipo, hemos podido testear y analizar los problemas colectivos de los aragoneses puesto que, si es importante la tramitación de las quejas y expedientes individuales, no lo es menos afrontar aquellas carencias de las que somos conscientes que existen como sociedad, aunque no motiven quejas directas.

Algunas de las materias en las que hemos trabajado han sido: la situación de la provincia de Teruel, la seguridad en montaña, los menores y el juego, la vivienda social, en estos días tan de actualidad, y especialmente la soledad. En este último asunto hemos sido una referencia nacional, y el trabajo realizado desde 2018, y en nuestro Observatorio Aragonés de la Soledad, es hoy el espejo en el que se miran otros territorios.

Sin embargo, si lamentablemente algo ha marcado este mandato, ha sido la experiencia que todos hemos vivido en torno a la salud y a la vulnerabilidad que la ausencia de ésta nos ha provocado. Lo hemos vivido de manera colectiva por la pandemia de covid, y lo he experimentado de forma personal en estos últimos meses.

La pandemia nos ha impedido tener una mayor presencialidad en el territorio, pero hemos desarrollado un trabajo mayor en colaboración con las administraciones para solventar los problemas derivados de la misma. En los meses más complicados trabajamos especialmente en torno a las residencias de mayores, la educación, y la tutela de nuestros menores.

l terminar su mandato, el Justicia de Aragón hace balance de las actuaciones
desarrolladas por la institución durante los últimos cinco años

‘Standum est chartae’: estar a lo pactado es la síntesis de nuestro Derecho. Mi pacto y compromiso con los aragoneses fue asumir el cargo durante un solo mandato; de tal manera que el mismo pusiera el cierre a mi carrera como jurista, y fuera garantía para poder ejercer con libertad y sin ataduras las funciones del mismo, ya que no habría reelección que afrontar.

Las nuevas Cortes de Aragón, que pronto serán elegidas por la ciudadanía, serán las responsables de elegir al nuevo o a la nueva Justicia de Aragón. Estoy seguro que mediante nuestro pactismo, consenso y buen tino, lograrán encontrar a la persona adecuada.

Con la finalización de mis funciones como Justicia, pondré fin también a mi trayectoria profesional para empezar esa nueva etapa que llamamos de júbilo, y espero que así lo sea, pues quiero emplear todo mi tiempo, energía y dedicación a mi familia, quienes en estos años han tenido que sufrir mis ausencias debidas al trabajo.

Tal como dije hace cinco años: "Mi mayor deseo sería que al acabar mi mandato, los temas que hayamos potenciado entre todos, hayan sido fruto del pacto, la concordia y el compromiso". Espero haber cumplido con las expectativas y necesidades de los aragoneses, ejercido como un Justicia social siendo neutral pero no neutro, tal y como me comprometí.

Deseo haber devuelto a Aragón, aunque solo sea una pequeña parte de lo que Aragón me ha dado a mí, pues ser su 70º Justicia ha sido para mí el mayor honor.

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