Por
  • Mariano Gállego Palacios

Alojamientos turísticos

Vista de Aínsa
Alojamientos turísticos
Laura Uranga

Las poblaciones turísticas que desde la comarca del Matarraña al valle de Benasque tanto abundan en esta tierra se enfrentan a una gran paradoja. 

Ha aumentado exponencialmente el número de visitantes en el último lustro como consecuencia de la apuesta local por promover destinos de interior de calidad que generen movimiento económico. El objetivo es crear riqueza, fijar habitantes y atraer nuevos vecinos en zonas afectadas desde hace décadas por el éxodo rural. La demanda se ha visto impulsada por la búsqueda de entornos al aire libre que ha desencadenado la pandemia, de modo que han proliferado los alojamientos turísticos y ahora estos acaparan el mercado inmobiliario de nuestros pueblos. Como consecuencia, apenas queda vivienda a precios asequibles para los trabajadores que tienen que venir de fuera a prestar los servicios, muchos ligados a la propia temporada turística, ya sean camareros, profesores o médicos.

Esta semana dábamos cuenta en HERALDO del caso del hostal Kimboa de Ansó, con serias dificultades varios veranos seguidos para encontrar trabajadores en los meses de julio y agosto. Sus propietarios han tomado la decisión de cerrar el restaurante al mediodía por falta de personal. Ayer mismo también avanzábamos que el Ayuntamiento de Aínsa ha limitado a 60 los pisos turísticos en el municipio. "La gente que viene a trabajar, o paga alquileres muy caros o lo tiene complicado para vivir aquí", lamentaba el alcalde ainsetano Enrique Pueyo para justificar la limitación. Esta modificación del Plan General de Ordenación Urbana de la villa pirenaica ya ha sido aprobada por el Consejo Provincial de Urbanismo de Huesca.

A esta gran contradicción le acaba de poner la guinda Teruel, donde el parque paleontológico Dinópolis ha decidido cerrar sus puertas durante la próxima celebración de la Vaquilla, del 3 al 11 de julio –en plena temporada alta–, debido a las dificultades para garantizar alojamiento hotelero a sus clientes por la masiva afluencia de visitantes a las populares fiestas de la ciudad. 

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