Yolanda Díaz, expectativas, dudas e incógnitas

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, en un acto de Sumar.
Yolanda Díaz, expectativas, dudas e incógnitas
Víctor Lerena

La autoproclamación de Yolanda Díaz como candidata a presidenta (del Gobierno) de España ha provocado tantos ríos de tinta como la portada de Ana Obregón convertida en madre en la revista ¡Hola!. 

La política gallega, militante del PCE, ministra de Trabajo con Sánchez desde 2020, vicepresidenta del Gobierno desde 2021, entretiene a los politólogos, entusiasma a sus seguidores -la jalean como ‘la fashionaria’ y trae de cabeza a Pablo Iglesias, que la ungió como su sucesora en el Gobierno. Unidas Podemos se ha reducido a Podemos tras la decisión de Díaz de crear Sumar y autodeterminarse de Iglesias. 

El pasado domingo, en el pabellón madrileño de Magariños, la arroparon representantes de catorce formaciones a la izquierda del PSOE. Parecía un bautizo, con las vestiduras blancas de Yolanda Díaz, sus maneras suaves y la euforia del público, pero planeaba la ausencia de los líderes de Podemos, y ya se sabe qué pasa cuando se enquistan las cuentas pendientes... Sumar quiere ser una izquierda nueva, aunque sus padres sean añosos en política, una izquierda que releve al proyecto de Podemos, que ha amarilleado muy rápido. Pero los líderes de ambas propuestas han caminado juntos hasta ayer mismo y comparten electorado. ¿Sumar arrollará a Podemos o, si no pactan antes de las elecciones generales, ambos verán castigada su división? ¿Díaz será una aliada más cómoda para Pedro Sánchez, que la impulsa para marcar distancias de un Podemos que le lastra o le quitará un puñado de votos muy valiosos? La respuesta se verá en las urnas.

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