El papa de Illueca

Inauguración de la exposición del Papa Luna
Inauguración de la exposición del Papa Luna
Guillermo Mestre | Laura Arnedo

No sé si, como ha pedido el presidente Lambán y como promueven investigadores e illuecanos de pro, la Iglesia católica debe o no rehabilitar a Benedicto XIII. 

Parece complicado deshacer, quinientos años después, la madeja de intrigas, elecciones, nombramientos y concilios en la que se enredó la Cristiandad occidental durante el gran cisma de finales del siglo XIV y comienzos del XV. Pero en todo caso, fuera papa o antipapa, Aragón tiene todos los motivos para conmemorar el quinto centenario de la muerte de Pedro Martínez de Luna y Pérez de Gotor, conocido en la historia como el Papa Luna, nacido en Illueca y fallecido en Peñíscola, que fue uno de los personajes más destacados de aquellos años convulsos de la historia de Europa y dejó en nuestro reino un legado propio de un verdadero mecenas. Y que, además, porfiando hasta la muerte en su legitimidad, nos ofreció un prototipo de esa testadurez acompañada de nobleza que consideramos, con mayor o menor razón, propia del carácter aragonés. 

Celebremos pues al Papa Luna recordando y difundiendo su vida y su obra, cosa que podemos empezar a hacer en la muy interesante exposición organizada por el Gobierno de Aragón e inaugurada ayer en el museo diocesano de Zaragoza. La ocasión continuará en mayo y durante el verano con actos religiosos, culturales y académicos a celebrar en Illueca. Y, por cierto, tampoco estaría mal que la conmemoración del Papa Luna contribuyera a que los aragoneses y sus instituciones volvieran los ojos hacia esa localidad y a su comarca, que tanto han aportado y tan abandonadas se sienten desde hace muchos años.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión