Por
  • Francisco José Serón Arbeloa

Otra oportunidad

Otra oportunidad
Otra oportunidad
POL

Para los jóvenes seres humanos en fase de aprendizaje, se cierne una temporada poco edificante. Durante ella, la mayoría de los aspirantes a dirigentes de ayuntamientos, comunidades o del país van a intentar demostrar que ellos son los más aptos, y a la vez, mediante descalificaciones y confrontaciones estúpidas, que sus oponentes son unos ineptos.

En el proceso evolutivo que ha ido configurando nuestro Universo, ha surgido la vida, al menos en la Tierra, y la vida ha evolucionado dando lugar a la inteligencia, entendida en este contexto como la capacidad de un ser para sobrevivir. De modo intuitivo entendemos que no todos los seres vivos tienen la misma inteligencia ya que observamos que ésta se manifiesta de forma jerarquizada. Al parecer los ‘Homo sapiens’ tenemos un cerebro atípico en el modo de procesar la información, lo que nos ha conducido a ser la cúspide en esa jerarquía.

El ser humano manifiesta, entre otros comportamientos, emociones y sentimientos y además es capaz de hacer razonamientos lógicos, lo que le permite resolver problemas de muy distinta índole. Cuanto más sabemos del funcionamiento de nuestro encéfalo, va quedando más claro que no se puede razonar con sentido común sin sentimientos y emociones. El paquete va todo junto, por lo que hay que saber sopesarlos con criterio en todo momento y situación.

Recordemos qué transformó a la especie humana en dominante. El verdadero momento de la transformación genial de la inteligencia no fue el pensamiento individual, fue la construcción de una inteligencia cooperadora y compartida entre humanos, buscando la supervivencia, y generando una red de intereses y conocimientos. Con el paso de los siglos hemos aprendido que el apoyo social incrementa el bienestar, y que vivir en sociedad es un mecanismo adaptativo que facilita la procreación, la supervivencia física y psicológica, y el almacenamiento y la transmisión de los conocimientos que se van alcanzando. De siempre la supervivencia de la especie ha dependido de la red de apoyo social que hemos sido capaces de crear, por eso, los humanos somos seres extremadamente sociales y hemos llegado hasta este momento de la historia.

Quienes aspiran a ocupar cargos políticos de responsabilidad deberían procurar
que la próxima campaña electoral fuera una manifestación de inteligencia
y no un despliegue de estupidez o de mera astucia

El sistema decisional humano, tiene severas limitaciones tanto a la hora de generar sensaciones como a la hora de tomar decisiones para resolver problemas, lo que conduce a numerosos errores, ‘errare humanum est’. Y, además, es evidente que existe un conflicto entre nuestra capacidad de conocer y el mutable y defectuoso tejido de la realidad. A pesar de lo cual, nuestra época es algo de lo que todos nuestros predecesores se sentirían admirados. Hemos sido capaces de resolver problemas mal definidos en entornos confusos, aleatorios y dinámicos, muchas veces con múltiples soluciones y muy complejos debido al gran número de parámetros, de interrelaciones y de decisiones a tomar.

En la actualidad, somos conscientes de que para encontrar soluciones a los nuevos problemas que se nos planteen tenemos que enseñar a las mentes jóvenes, construir máquinas con capacidad de aprendizaje, y necesitamos trabajar en grupos inter-trans-multidisciplinares alejándonos lo más posible de cualquier tipo de ideologías o adoctrinamientos.

Hasta aquí, podemos decir que todo es muy bonito, pero, siempre hay peros, en el proceso evolutivo de la vida en la Tierra han aparecido dos manifestaciones mentales en cada ser humano. La inteligencia y la estupidez, y esta última en cantidad cada vez más elevada. Por favor, señores futuros dirigentes, no hagan alarde de ella durante sus procesos electorales, aprovechen la oportunidad para enseñar a razonar, discutan sobre ideas, muestren que sabrían cooperar en los momentos difíciles que seguro les van a surgir, en suma, demuestren su nivel de inteligencia, no de astucia. El motivo, es que, aunque parezca que no, hay jóvenes mirando y escuchando, que de tontos no tienen un pelo y cuando piensan en su futuro no tienen motivos para estar precisamente contentos con ustedes.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión