Jefe de Economía de HERALDO DE ARAGÓN

Déficit de ingenieros

Déficit de ingenieros
Déficit de ingenieros
Krisis'23

En el difícil encaje de oferta y demanda de los puestos de trabajo que ofrecen las empresas y quienes quieren acceder a un nuevo empleo, posiblemente el problema más acuciante que tiene hoy nuestro mercado laboral, está el caso particular de los ingenieros. Faltan muchos y de muy diversos perfiles. En los de áreas vinculadas a las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) la carencia está relacionada con la lenta respuesta del sistema educativo a la rapidez de la innovación empresarial. Los avances tecnológicos han dejado obsoleta la formación que se estaba impartiendo. La digitalización lo ha revolucionado todo.

En cuanto a otras ingenierías, consideradas más tradicionales pero que también se han visto impactadas por los avances de la denominada industria 2.0 (y la 3.0 y la 4.0), el problema está más localizado. El número de estudiantes que opta y termina estas carreras es claramente insuficiente para responder a los puestos que están ofreciendo las empresas todos los años. Este déficit está obligando a retrasar proyectos destinados a generar más empleo y riqueza en Aragón y que incluso puede poner en peligro iniciativas de gran alcance.

El Colegio Oficial de Graduados en Ingeniería e Ingenieros Técnicos Industriales de Aragón (Cogitiar) ha hecho un estudio que explica con datos este problema. La demanda anual de las distintas ramas de ingenieros en la Comunidad asciende a 800 puestos de trabajo, pero apenas 450 jóvenes se gradúan cada curso en las tres escuelas de Ingeniería de la Universidad de Zaragoza, lo que convierte estas disciplinas, sostiene el Colegio, «en una oportunidad de futuro que garantiza el pleno empleo a sus profesionales».

El escaso número de estudiantes que optan a estas carreras y, sobre todo, que las finalizan, explica en parte el problema. Según el informe de Cogitiar, si todos los grados de Mecánica, Eléctrica, Mecatrónica, Electrónica y Automática, Diseño Industrial y Desarrollo, Química, Organización Industrial y Tecnologías Industriales llenaran todas las plazas que se ofertan en la Escuela de Ingeniería y Arquitectura (EINA), la Escuela Universitaria Politécnica de La Almunia (Eupla) y la Escuela Universitaria Politécnica de Teruel (EUPT), más de 900 alumnos se graduarían cada curso. Pero eso no ocurre ni por casualidad.

Para resolver este problema, hay que actuar desde la base, en la escuela más temprana, coinciden en señalar profesionales que trabajan en estos ámbitos. Hay que conseguir que Matemáticas o Física, por ejemplo, sean dos asignaturas atractivas desde el principio. Y ahí hay que atraer el interés de los niños y en especial, vista la situación actual, de las niñas. Como ocurre en otros casos, no se puede desperdiciar el talento de la mitad de la población. Que las ingenierías sigan siendo a día de hoy un terreno tan masculinizado es difícil de explicar cuando tanto se habla de igualdad de oportunidades. En ámbitos como la Medicina o la Judicatura esto ha dejado de pasar. En todo caso, lo primero es respetar la decisión de lo que cada uno/a quiera estudiar.

«Muchas cosas habría que cambiar para que más estudiantes, chicos y chicas, se animaran a entrar en las diferentes ramas de Ingeniería», apuntaba hace unos días Ángel Fernández Cuello, catedrático en la Universidad de Zaragoza y exdirector del Instituto Tecnológico de Aragón (Itainnova). «Y no se trata de desplegar más grados, eso pertenece a la oferta, sino de estimular más la demanda, ‘tecnologizar’ e ‘ingenierizar’ la enseñanza primaria y secundaria», añadía.

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