Como Fernando Pessoa en el barrio lisboeta del Chiado. Como el caballito de Francisco Rallo tras la Lonja de Zaragoza. Como Gerardo Diego tomando café a las puertas del antiguo Casino Numancia de Soria. Seguro que la escultura de Albert Einstein que desde ayer se exhibe junto al Pabellón Puente Zaha Hadid será objeto de deseo para llevarse un recuerdo fotográfico posando junto al eminente científico alemán.

Así ocurre desde hace tiempo en el Parque de las Ciencias de Granada, donde hemos podido ver a destacadas personalidades arrimándose a Einstein para hacerse la foto de rigor. (Por cierto, allí mismo se acaba de inaugurar una escultura dedicada al Nobel de Medicina Santiago Ramón y Cajal, por lo que ya son cuatro, con Marie Curie y Charles Darwin, las efigies de científicos que se lucen en este museo interactivo de la ciencia).

Pero el monumento escultórico que podrán contemplar quienes acudan a ver la muestra de Mobility City en la capital aragonesa también se compone de otros elementos relacionados con el físico alemán que visitó hace 100 años Zaragoza junto a su esposa Elsa. Así, en el memorial acompañan a la efigie de bronce a tamaño real de Einstein dos relojes solares singulares, una ecuación que es el símbolo de la teoría de la relatividad (e=mc2), y el lema por excelencia que marcó la existencia del Premio Nobel de Física: «Nunca dejes de preguntarte».

Si posar codo con codo con el mismísimo Albert Einstein no predispone a tener su inteligencia, seguir su consejo sí puede hacer posible acercarse, aunque sea de soslayo, a una mente como la suya.