La migración de la grulla común, de la que se puede disfrutar en la Laguna de Gallocanta, es uno de los fenómenos naturales más espectaculares del territorio.
Tiempo
Laura Uranga

Tiempo de primavera o de otoño próximo al verano y de temperatura suave", es como define la RAE la palabra entretiempo. Y sólo añade, como ejemplo, "Ropa, traje de entretiempo". Me quedo un poco frustrada. 

Para mí es una palabra bonita que me sugiere que el tiempo podría entretejerse con más tiempo, o algo así. Pero, para qué romperse la cabeza. Son días para disfrutar del momento, del presente sin más, para charlar de trivialidades con los amigos mientras tomamos un vermú al aire libre.

La conversación se interrumpe cuando alguien señala al cielo y vemos una bandada de grullas volando hacia el norte en perfecta formación. Este año vuelan más alto y más organizadas, dice mi amigo Luisma, que también estaba a mi lado hace un año en el mismo lugar cuando pasaron las grullas chillando como locas. Brindamos por haberlas visto de nuevo, tal vez celebrando que seguimos aquí. Tal vez no haya pasado ni un segundo y estemos atrapados en el tiempo viviendo el mismo día desde entonces. Me acuerdo de la película ‘Tiempo’, de Shyamalan, en la que unos turistas atrapados en una playa paradisiaca envejecen un año cada veinte minutos. ¿Quién no ha experimentado, a cierta edad, la angustia de comprobar que el tiempo se escurre como arena entre los dedos? ¿No sería fantástico poder ralentizarlo, cada uno a su antojo, no como el pobre Bill Murray en ‘Atrapado en tiempo’, sino en un día cualquiera de una eterna primavera? Por una ventana abierta se oye la voz de Luz Casal cantando "miro hacia atrás y busco entre mis recuerdos". De repente se rompe el hechizo y me entra una enorme melancolía.

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