La cabra

La plazuela de la Cabra es parte de la calle Méndez Núñez.
La plazuela de la Cabra es parte de la calle Méndez Núñez.
Guillermo Mestre

Pasa bajo mi ventana José Luis Melero

No llama al timbre. No echa un grito desde la calle. Me envía un audio de wasap. Cuando le respondo, él ya ha emigrado a La Magdalena, a retratarse con Carlos Calvo y Dionisio Sánchez ante la fachada de la inigualable Quiteria Martín. En su mensaje me habla de la antigua plazuela de la Cabra, que es parte de la calle de Méndez Núñez. En la esquina se encuentra la casa que perteneció a los Goicoechea, ricos comerciantes de la Ilustración. Goya pintó a su gran amigo Juan Martín de Goicoechea y también retrató a Martín Miguel de Goicoechea, que era su consuegro. Me fijaré en su puerta y basamento cuando baje al supermercado. Hay distintas versiones sobre la cabra. Podría ser que en el pasado hubiese un local donde se vendía leche de ese único animal tan productivo. No me convence mucho el argumento. También podría deberse el nombre al antiguo linaje de los Lacabra, procedente de Navarra, pero no encuentro datos sobre eso. La tercera versión me la proporciona Antoine, que lleva muchos años en este barrio: la Inquisición, que tenía su sede en el cercano palacio de los Tarín, castigaba a algunos reos con la tortura de la cabra, que tal vez fuese pública en esta misma plazuela. Les ataban los pies untados de sal y grasa, y la cabra los lamía con su áspera lengua hasta desollarlos. ¡Qué horror! Yo me invento otra versión menos cruenta. En esta plazuela solía hacer su número un titiritero húngaro. Mientras tocaba el acordeón la cabra subía y hacía equilibrios sobre una exigua escalera. Me parece estar viéndolo todo desde mi ventana.

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